La leche de camello, utilizada medicinalmente durante siglos por personas nómadas, es la más cercana a la leche materna humana y contiene 10 veces más hierro y tres veces más vitamina C que la leche de vaca, según The Huffington Post. Los camellos poseen componentes únicos y potentes del sistema inmunitario, que están contenidos en su leche. La leche de camello podría beneficiar potencialmente trastornos como la diabetes y el autismo. Como con cualquier remedio natural, consulte a su médico antes de beber leche de camello.
Diabetes
La leche de camello baja en grasa no solo contiene vitaminas y minerales saludables, sino que también es una rica fuente de insulina. Según los informes, esta leche tiene aproximadamente un litro de insulina en cada litro, por lo que es una opción de tratamiento potencial para los diabéticos. El Huffington Post cita un estudio realizado en 2005 por el Centro de Investigación de Atención de la Diabetes Bikaner de India que observó los efectos de la leche de camello en la diabetes tipo 1. Los investigadores determinaron que el consumo de leche de camello redujo significativamente las dosis de insulina necesarias para mantener el control glucémico o de azúcar en la sangre a largo plazo. Según el investigador principal, el Dr. RP Agrawal, 500 ml de leche de camello fresca y cruda diariamente mejoran la vida de los diabéticos debido a una proteína similar a la insulina que se absorbe rápidamente y no se coagula. Sin embargo, Agrawal también afirma que la insulina sigue siendo el tratamiento más eficiente para la diabetes, a menos que no sea una opción. Si bien la investigación parece prometedora, se necesitan estudios científicos adicionales para demostrar la efectividad de la leche de camello para el tratamiento de la diabetes.
Autismo
Algunos defensores de la leche de camello creen que la leche de camello podría beneficiar a las personas con autismo. Un estudio publicado en la edición de 2005 de la "Revista Internacional de Desarrollo Humano" observó los efectos del consumo de leche de camello, en lugar de leche de vaca, en personas autistas. Los investigadores descubrieron que después de que una participante de 4 años bebiera leche de camello durante 40 días, sus síntomas de autismo desaparecieron. Un niño de 15 años también se recuperó después de 30 días de tomar la leche. Además, varios autistas de 21 años consumieron leche de camello durante dos semanas y se observó que eran más silenciosos y menos autodestructivos. Aunque se cree que la leche es beneficiosa, no existe evidencia científica suficiente para demostrar su efectividad en el tratamiento del autismo.
Alergias
La leche de camello carece de dos poderosos alérgenos que se encuentran en la leche de vaca y contiene componentes del sistema inmunitario que podrían beneficiar a los niños alérgicos a la leche y otros alimentos. Un estudio publicado en la edición de diciembre de 2005 del "Israel Medical Association Journal" investigó los efectos de la leche de camello en ocho niños con leche severa y otras alergias alimentarias. Después de no responder a los tratamientos convencionales, los participantes del estudio consumieron leche de camello bajo la dirección de los investigadores. Los informes de progreso diarios indicaron que los ocho niños se recuperaron completamente de sus alergias sin efectos secundarios. De hecho, los investigadores declararon que los resultados fueron espectaculares en comparación con los tratamientos tradicionales. Se creía que las inmunoglobulinas que combaten enfermedades en la leche de camello desempeñan un papel clave en la reducción de los síntomas alérgicos; sin embargo, se necesita investigación científica adicional para probar suficientemente la efectividad de la leche de camello en el tratamiento de las alergias.
Inmune
Los potentes componentes del sistema inmunitario en la leche de camello podrían ayudar a combatir enfermedades. Supuestamente, el pequeño tamaño de las inmunoglobulinas, o anticuerpos, que se encuentran en la leche de camello permite una fácil identificación y penetración de sustancias extrañas que causan enfermedades, llamadas antígenos, para la destrucción por parte del sistema inmune. Las personas con trastornos del sistema autoinmune, como la enfermedad de Crohn y la esclerosis múltiple, tienen sistemas inmunes que atacan sus propios tejidos corporales. Aunque los tratamientos tradicionales para los trastornos autoinmunes suprimen el sistema inmunitario, la leche de camello beneficia estos trastornos al estimularlo, según el profesor emérito israelí de fisiología Dr. Reuven Yagil. A pesar de la sabiduría convencional, Yagil afirma que sus observaciones durante un período de cinco años indican que la leche de camello puede controlar o incluso curar los trastornos autoinmunes, pero no existe evidencia científica suficiente para demostrar la efectividad de la leche de camello en el tratamiento de enfermedades autoinmunes.