Nuevos estudios aparecen casi a diario sobre los beneficios del ejercicio, desde reducir el riesgo de enfermedad cardíaca hasta mejorar la memoria. Ya sea que haga ejercicio para obtener fuerza, resistencia o flexibilidad, el funcionamiento del cuerpo está relacionado con el funcionamiento fisiológico.
Los principales sistemas de soporte fisiológico del cuerpo son los sistemas musculoesquelético, cardiovascular, respiratorio, digestivo, inmune, nervioso y endocrino.
El sistema musculoesquelético
El esqueleto crea un marco de soporte y protege los órganos vitales del cuerpo. Los huesos también actúan como reservorio de calcio y otros minerales. El ejercicio con pesas fortalece los huesos y ayuda a prevenir la osteoporosis.
El ejercicio también aumenta la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio. Sus músculos (y el tejido conectivo que une los huesos) son importantes para mantener una postura erguida contra la gravedad y permitir el movimiento. También producen calor. El movimiento de las articulaciones las lubrica con líquido sinovial, lo que reduce la rigidez. Los ejercicios de estiramiento pueden facilitar la movilidad y la flexibilidad de las articulaciones, aumentando su rango de movimiento.
Los sistemas cardiovascular e inmunitario
En el centro del sistema cardiovascular está tu corazón. Junto con los vasos sanguíneos, forma una red para transportar sangre que contiene oxígeno y nutrientes al cuerpo y eliminar los desechos (dióxido de carbono). El entrenamiento físico fortalece su corazón y normaliza la presión arterial, reduciendo su riesgo de enfermedad cardíaca.
Los vasos sanguíneos están soportados por los vasos linfáticos y los ganglios (que producen las células inmunes). El sistema linfático elimina las toxinas y las devuelve a la circulación sanguínea. El ejercicio aumenta el flujo linfático, promoviendo así un sistema inmunológico saludable, que es crucial para combatir las infecciones.
Los sistemas nervioso y endocrino
Su sistema nervioso consiste en el cerebro y los nervios. Su función es recibir, almacenar, procesar y enviar información. Controla funciones como la frecuencia cardíaca y la respiración, así como el movimiento motor. El ejercicio calma su sistema nervioso, como resultado de una mejor circulación y una tensión muscular reducida. Estudios recientes han demostrado que el ejercicio regular también puede mejorar las habilidades de pensamiento y mejorar la memoria. (ver ref. 2)
El sistema endocrino está estrechamente asociado con el sistema nervioso. Envía hormonas al cuerpo para controlar el crecimiento, los niveles de azúcar en la sangre, la temperatura corporal y el metabolismo. El ejercicio regula el equilibrio hormonal, mejora la función de los órganos y el estado físico, y levanta el ánimo.
Los sistemas digestivo y respiratorio
Los pulmones proporcionan oxígeno al cuerpo, que es necesario para la supervivencia celular. El ejercicio aumenta el flujo de sangre rica en oxígeno al cuerpo y contribuye a la eliminación del dióxido de carbono. Los efectos del ejercicio sobre la respiración se ven casi de inmediato.
Su sistema digestivo descompone los alimentos en nutrientes utilizables y elimina los productos de desecho. Con el tiempo, tiende a ser lento y funciona de manera menos eficiente. El ejercicio contribuye al buen funcionamiento del sistema digestivo y ayuda a eliminar los desechos.
Las adaptaciones fisiológicas varían de una persona a otra. Los factores principales, según los Centros para el Control de Enfermedades, incluyen la intensidad, la duración y la frecuencia del ejercicio, junto con la edad y el nivel de condición física inicial.