La mayoría de la leche de vacas que reciben hormonas de crecimiento contiene hormona de crecimiento bovina recombinante. RBGH se administra a las vacas para aumentar la producción de leche, lo que ayuda a satisfacer la demanda de bebidas de los consumidores, así como a maximizar las ganancias para los productores de leche. Si bien esto beneficia a los agricultores, la rBGH puede ser perjudicial para el consumidor.
Residuos de antibióticos
El uso de hormonas de crecimiento puede aumentar el riesgo de que las vacas lecheras contraigan infecciones. Por ejemplo, muchas vacas lecheras que reciben hormonas de crecimiento desarrollan mastitis, una infección de la glándula mamaria, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer. Para combatir las infecciones, muchos productores lecheros administran antibióticos a las vacas, y estos terminan en el suministro de leche. Cuando los humanos consumen la leche y los residuos de antibióticos, puede hacer que sus cuerpos desarrollen una resistencia a los antibióticos, haciéndolos inútiles si un humano contrae una infección bacteriana, según el sitio web de Nutrition Digest. El residuo antibacteriano también puede causar reacciones alérgicas a ciertas personas que beben la leche.
Hormonas de crecimiento y riesgo de cáncer
La leche de las vacas que reciben rBGH tiene niveles más altos de factor de crecimiento similar a la insulina-1. IFG-1 es una hormona que ayuda a las células a crecer, pero también puede aumentar el riesgo de formación de células cancerosas, según la Sociedad Americana del Cáncer. Los altos niveles de IFG-1 en el cuerpo humano pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de mama, próstata y colon. Esto ocurre porque los altos niveles de IFG-1 inhiben la capacidad natural del cuerpo humano de destruir los cánceres microscópicos antes de que causen un problema, de acuerdo con "Nutrition Digest", una publicación de la American Nutrition Association.
Problemas de salud no estudiados
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, los efectos a largo plazo de la exposición a las hormonas de crecimiento, especialmente rBGH, son en gran medida desconocidos. Por ejemplo, no se sabe si IGF-1 permanece en el cuerpo o por cuánto tiempo. Tampoco se sabe cuáles serían las consecuencias a largo plazo si el IGF-1 permanece en el cuerpo durante largos períodos de tiempo. Se necesita más investigación para determinar los efectos a largo plazo de beber leche con rBGH, señala la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
Efectos en las vacas
Para ayudar a salvar a los animales de posibles sufrimientos, es posible que desee evitar beber leche de vacas que reciben hormonas de crecimiento y elegir alimentos animales producidos de manera más humana. Según la Sociedad Protectora de Animales de los Estados Unidos, las vacas que reciben rBGH tienen un 50 por ciento más de probabilidades de tener problemas de pezuñas y patas, incluida la cojera. Otros efectos secundarios incluyen problemas reproductivos e infecciones.