Una compleja variedad de factores que interactúan regulan tu apetito. Los "centros de apetito" en su cerebro consolidan y analizan las señales neurológicas, hormonales, mecánicas y psicológicas, y ahí nace su conciencia consciente del hambre.
Los científicos que investigan la epidemia de obesidad en Estados Unidos han arrojado algo de luz sobre los intrincados mecanismos que controlan el apetito, incluidos los efectos del horario de las comidas. Comer a altas horas de la noche puede provocar cambios fisiológicos que pueden hacer que se sienta extremadamente hambriento por la mañana.
Propina
Comer a altas horas de la noche puede desencadenar una cascada de eventos que afectan las hormonas del hambre en su cuerpo, haciendo que se despierte con hambre.
Centros de cerebro apetito
Sus centros de apetito están ubicados en los núcleos dentro del tronco encefálico y el hipotálamo. Las células en estas áreas responden a su nivel de glucosa en sangre, a los impulsos nerviosos que surgen del tracto gastrointestinal, a varias hormonas, incluidas la grelina, la leptina y las hormonas tiroideas, y a muchos otros estímulos. Las fluctuaciones en los niveles hormonales y de glucosa en la sangre afectan su apetito de manera predecible. Por ejemplo, una disminución en el nivel de glucosa en sangre o un aumento en el nivel de grelina estimula el hambre, mientras que el aumento de los niveles de glucosa o leptina suprime el apetito. La insulina influye en los niveles de muchos otros factores reguladores del apetito.
Insulina y Apetito
La insulina es una hormona producida por el páncreas en respuesta al consumo de una comida. La insulina estimula las células del hígado, el tejido adiposo y los músculos para que absorban la glucosa y luego la quemen para obtener energía o la almacenen para su uso futuro. A medida que la insulina baja el nivel de glucosa, el páncreas y las glándulas suprarrenales producen hormonas contrarreguladoras, como el glucagón y la epinefrina. Los centros de apetito en su cerebro son estimulados por la caída de los niveles de glucosa y las hormonas contrarreguladoras, lo que le hace sentir hambre nuevamente. Por lo tanto, cuanta más insulina produzca su páncreas en respuesta a una comida determinada, mayor será el consiguiente rebote en su apetito.
Comer de noche
Cuando come una comida a la hora de acostarse, particularmente una rica en azúcares y otros carbohidratos simples, genera un aumento de insulina del páncreas. Al retirarse, esta insulina comienza a empujar la glucosa hacia sus células, un proceso que continúa mientras duerme. Durante la noche, una caída continua en la glucosa en la sangre estimula la liberación de hormonas contrarreguladoras, lo que lleva a la estimulación de los centros de apetito. A menos que se levante en medio de la noche para satisfacer su apetito, tendrá hambre al levantarse por la mañana.
Apetito: más que tus hormonas
Los factores que regulan su apetito no son tan directos como se creía. Las interacciones entre la grelina, la leptina, la insulina, la glucosa, las hormonas tiroideas, la hormona del crecimiento y otros factores determinantes del hambre o la satisfacción son complejas y solo se entienden parcialmente. Para confundir aún más las cosas, las hormonas inductoras del sueño, como la melatonina, ejercen sus propias influencias sobre su apetito, y los cambios en los patrones de sueño pueden alterar la forma en que su cerebro responde a las señales de hambre. Si está tratando de controlar su peso, el momento y la composición de sus comidas podrían afectar su éxito; considere consultar a un experto en nutrición u obtener el consejo de su médico.