Los lípidos son un grupo de moléculas naturales que incluye grasas. Si bien un exceso de algunos lípidos puede contribuir a un mayor riesgo de ciertos problemas de salud, los lípidos también transportan nutrientes vitales y apoyan las funciones básicas del cuerpo. Seguir una dieta moderadamente baja en grasas puede ser apropiado para algunos, pero reducir el consumo de grasas en exceso puede tener graves consecuencias para la salud.
Deficiencias de vitaminas
Las vitaminas A, D, E y K son liposolubles, lo que significa que el cuerpo las almacena en el tejido graso y el hígado. Los intestinos necesitan grasa en la dieta para absorber adecuadamente estos nutrientes. Estas vitaminas son necesarias para la salud de su piel, huesos y sistema cardiovascular, entre otros órganos y sistemas. Las vitaminas liposolubles están presentes principalmente en alimentos ricos en lípidos como la carne, la mantequilla y las nueces. Si elimina estos alimentos grasos de su dieta para reducir su ingesta de lípidos, es posible que no obtenga suficientes vitaminas liposolubles. La vitamina K se encuentra en muchas verduras de hoja verde y puede obtener vitamina A al comer frutas y verduras ricas en betacaroteno, como la batata y el melón. La vitamina E se encuentra en nueces y aceites y la vitamina D está disponible a partir de 15 minutos de luz solar o de lácteos fortificados bajos en grasa.
Falta de grasas saludables
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 se consideran ácidos grasos esenciales porque, aunque son críticos para la salud, su cuerpo no puede producirlos y debe obtenerlos de los alimentos. Los ácidos grasos omega-6 provienen de fuentes como semillas oleaginosas y nueces, mientras que los ácidos grasos omega-3 provienen principalmente de pescados grasos como el salmón y las sardinas. Sin suficientes fuentes de estas grasas en su dieta, es posible que no obtenga suficientes ácidos grasos esenciales, lo que podría causar problemas con su cabello, piel, sistema inmunológico y visión. Comer muy poca grasa también puede reducir sus niveles sanguíneos de HDL o colesterol "bueno", lo que aumenta su riesgo de problemas cardiovasculares y derrames cerebrales, advierten los expertos de Boston College.
Efectos sobre la energía
Aunque los carbohidratos son la principal fuente de energía de su cuerpo, la grasa también es una fuente importante. Sin suficiente grasa en la dieta, es posible que no cumpla fácilmente con sus requerimientos de energía. Su cuerpo quemará proteínas, en lugar de grasas, lo que perjudicará su capacidad para desarrollar músculos. Aproximadamente del 20 al 30 por ciento de sus calorías deben provenir de grasas. Si necesita 2, 000 calorías diarias, alrededor de 600 calorías deberían provenir de grasas. Debido a que los lípidos contienen 9 calorías por gramo, necesitaría 67 gramos de grasa al día para cumplir con este requisito.
Otras funciones corporales
La falta de lípidos en la dieta puede causar problemas con la formación y función de las células. El cuerpo usa ciertas partes de las moléculas de lípidos para construir las membranas que encierran y protegen sus células. Los ácidos grasos, también contenidos en las moléculas de lípidos, regulan la función celular al transmitir información entre las células. Los lípidos también son importantes para la producción de hormonas. El cuerpo produce testosterona e hidrocortisona a partir del colesterol, un tipo de lípido. Los niveles insuficientes de testosterona pueden causar una baja libido tanto en hombres como en mujeres, y los niveles bajos de hidrocortisona pueden afectar negativamente el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas de su cuerpo.
Elegir grasas dietéticas
Su cuerpo no necesita todos los lípidos en cantidades iguales. Base su ingesta de grasas en grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, con el objetivo de obtener del 17 al 27 por ciento de sus calorías de estas grasas por día. Obtenga algunas grasas omega-3 de fuentes como el pescado y las nueces varias veces por semana. Limite las grasas saturadas, que provienen principalmente de productos animales y aceites tropicales, al 7 por ciento de su consumo total de grasas, sugieren expertos de la American Heart Association. Evite las grasas trans, que se encuentran comúnmente en los alimentos horneados y fritos envasados comercialmente. Si consumes grasas trans, debes mantenerlas por debajo del 1 por ciento de tu ingesta diaria de calorías.