La vitamina B-6 y la vitamina B-12 son miembros clave de la familia de la vitamina B, pero no son idénticos en sus beneficios para el cuerpo o la forma en que el cuerpo los procesa. Si bien a menudo se toman en combinación en forma de suplementos del complejo B, se pueden tomar de forma independiente y tienen diferentes fuentes naturales. Es importante entender las diferencias entre ellos para usarlos de manera óptima para mejorar potencialmente su salud.
Almacenamiento en el cuerpo
El cuerpo almacena B-6 y B-12 en el hígado, pero la deficiencia de B-12 es más común, según el Instituto Linus Pauling. Una deficiencia de B-12 puede resultar porque el cuerpo tiene dificultades para absorber B-12 de la dieta, especialmente a medida que envejece, haciendo que la deficiencia sea más común en los estadounidenses mayores que han agotado sus reservas de vitaminas existentes sin poder reponerlas.
Maquillaje químico
La vitamina B-12 tiene una estructura singular compartida por ninguna otra vitamina, señala el Instituto Linus Pauling. Contiene el elemento raro cobalto, por lo que es la única vitamina que tiene un ion metálico en su sistema. En contraste, las tres formas más comunes de vitamina B-6 se basan en piridoxina, piridoxal y piridoxamina. Ambas vitaminas son solubles en agua y se metabolizan en el hígado.
Salud mental
La vitamina B-6 y B-12 juegan diferentes roles en la salud mental. La vitamina B-6 es esencial para la síntesis de neurotransmisores e impacta los niveles cerebrales de los neurotransmisores que controlan el estado de ánimo serotonina y dopamina, según la Oficina de Suplementos Dietéticos. Por otro lado, la vitamina B-12 está relacionada con la memoria, con bajos niveles de B-12 asociados con la demencia y la enfermedad de Alzheimer. La suplementación de B-12 para personas con demencia ha demostrado ser prometedora para reducir los síntomas, aunque el suplemento no es una cura, informa el Instituto Linus Pauling.
Peligro para el cuerpo
La vitamina B-12 y la vitamina B-6 presentan diferentes factores de riesgo para el cuerpo. La vitamina B-6 está diseñada para tomarse en dosis de 1.3 mg por día durante la mayor parte de la vida, con un límite superior de 100 mg por día. Superar este límite superior puede provocar daños en los nervios, particularmente en los brazos y las piernas, señala la Oficina de Suplementos Dietéticos. El daño es reversible si se reducen los niveles de vitamina B-6. Por otro lado, el Instituto Linus Pauling señala que la vitamina B-12 no tiene un límite superior y que tomar dosis altas no causa efectos secundarios conocidos a menos que exista una sensibilidad B-12 preexistente.