A menudo se me ocurren dos pensamientos cuando una persona escucha el término "vitamina D": salud ósea y depresión. Aunque es de conocimiento común que la vitamina D de la exposición directa al sol puede ayudar a mejorar el estado de ánimo de una persona, se debe tener cuidado de no asumir que es un tratamiento o causa depresión o cualquier otra afección de salud mental. Las condiciones de salud mental y física pueden ser tan individualistas como las huellas digitales. Por lo tanto, es mejor no asumir que la deficiencia de vitamina D causará automáticamente o será el resultado de depresión o ansiedad. Aunque la vitamina D es esencial, sus efectos específicos sobre la salud mental aún no se han confirmado de una forma u otra (ver ref. 1).
Una imagen de vitamina D
El cuerpo humano usa nutrientes de vitamina D para ayudar con la absorción de calcio. También podría ayudar con la prevención o el tratamiento de la diabetes tipo 2, el cáncer, la esclerosis múltiple y más afecciones médicas (consulte la referencia 4). La luz solar directa ayuda al cuerpo a producir vitamina D, y puede absorberse naturalmente de alimentos como los pescados grasos, los champiñones, los quesos, el hígado y las yemas de huevo. Las cantidades bajas de vitamina D pueden hacer que los huesos duelan y los músculos se sientan débiles. Si hay demasiada vitamina D en el torrente sanguíneo de una persona, esa persona puede sentirse fatigada, desorientada, con náuseas o experimentar un latido cardíaco rápido.
Vitamina D y depresión
Aunque la ingesta insuficiente de vitamina D no indica automáticamente que una persona sufrirá depresión, se ha descubierto que la falta de vitamina D contribuye a los síntomas relacionados con la depresión (ver ref. 2). En un estudio "PLoS One" publicado en septiembre de 2015, los pacientes con depresión y deficiencia de vitamina D experimentaron más síntomas de depresión que aquellos con niveles insuficientes de vitamina D. Por ejemplo, se habría encontrado que estos pacientes estaban más tristes, fatigados, o tienen más dificultad para concentrarse que otros pacientes. También pueden haber perdido el placer por las cosas que solían darles placer. Pero tenga en cuenta que estos individuos habían sido hospitalizados con un diagnóstico de un episodio actual de depresión.
Vitamina D y Ansiedad
Una persona que experimenta ansiedad puede sentir inquietud, náuseas, experimentar un aumento de la temperatura corporal o sentirse inquieta. Es comprensible que una persona que experimenta tales síntomas busque alivio de un nutriente accesible. Desafortunadamente, existe muy poca investigación que explique cualquier relación entre la vitamina D y la ansiedad. Un estudio publicado por "PLoS One" en 2011, no encontró diferencias distintivas entre los adultos jóvenes que recibieron un suplemento de vitamina D y los que no lo hicieron (ver ref. 3). Sus estados de ánimo no fueron alterados por la vitamina D.
Conclusión
Dado que los síntomas de demasiada o muy poca vitamina D son similares a los síntomas experimentados por las personas con depresión y / o ansiedad, es comprensible por qué muchos creen que podría haber un vínculo entre los tres. Los estudios muestran que la vitamina D podría ayudar a mejorar el estado de ánimo de las personas con depresión, pero parece que no existe ninguna relación entre la vitamina D y las personas que experimentan ansiedad. Si descubre que experimenta síntomas persistentes de depresión y / o ansiedad o síntomas de niveles bajos o altos de vitamina D, es mejor comunicarse con su médico o consejero de salud mental para una consulta.