La hipersensibilidad a la leche afecta a menos del 1 por ciento de los adultos y aproximadamente del 2 al 5 por ciento de los niños. Según la Clínica Cleveland, la intolerancia alimentaria es el resultado de la incapacidad del cuerpo para descomponer un componente de los alimentos, como las proteínas. Las proteínas de la leche caseína y suero desencadenan una respuesta del sistema digestivo que produce síntomas gastrointestinales en individuos con intolerancia a la proteína de la leche.
Sangre en heces
La intolerancia a la proteína de la leche puede causar inflamación en el intestino grueso y el recto, lo que resulta en heces teñidas de sangre. Esta condición se llama proctitis o proctocolitis y ocurre predominantemente en bebés, según el Dr. Alan M. Lake, profesor asociado de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. Lake afirma que este síntoma generalmente se manifiesta entre las 2 y 8 semanas de edad y se resuelve dentro de los tres días posteriores a la eliminación de la exposición a la proteína de la leche. Aproximadamente el 95 por ciento de los bebés afectados podrán tolerar el consumo de proteínas de la leche a los nueve meses de edad, dice Lake.
Estreñimiento
Aunque la frecuencia de las deposiciones puede variar de un individuo a otro, la Clínica Mayo afirma que tener menos de tres deposiciones por semana puede indicar estreñimiento, al igual que el paso de las heces duras y secas. La intolerancia a la proteína de la leche se ha relacionado con el estreñimiento crónico. La investigadora Silvia Daher y sus colegas informaron en la edición de diciembre de 2001 de Pediatric Allergy and Immunology que el 28 por ciento de los niños estudiados con estreñimiento crónico experimentaron movimientos intestinales normales cuando se eliminó la proteína de la leche de vaca de sus dietas.
Reflujo gastroesofágico
La regurgitación del contenido gástrico hacia el esófago, conocido como reflujo gastroesofágico, puede ser el resultado de una intolerancia a la proteína de la leche. Hasta el 40 por ciento de los bebés que sufren de reflujo gastroesofágico son intolerantes a las proteínas de la leche, según el Dr. Harland S. Winter, profesor asociado de pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard. El individuo afectado puede experimentar una sensación de ardor en el pecho y la garganta, tos, respiración con silbido y dificultad para tragar. Los bebés también pueden negarse a comer.
Diarrea
La intolerancia a la proteína de la leche puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el intestino delgado, llamada enteropatía, que interfiere con la absorción y causa diarrea. Ocurre con mayor frecuencia en bebés que recibieron leche de vaca antes de los 9 meses de edad. Cuando todo el sistema gastrointestinal se ve afectado, la afección se denomina enterocolitis inducida por proteínas de la leche.
Vómito o escupir
El vómito también ocurre con la enteropatía inducida por proteínas de la leche y la enterocolitis. Por lo general, comienza entre dos y cuatro horas después del consumo de proteínas de la leche y puede conducir a una deshidratación severa. La escupida frecuente en un bebé puede indicar reflujo gastroesofágico provocado por intolerancia a la proteína de la leche.