Un menisco es una pieza de cartílago de goma en forma de cuña que se encuentra entre los huesos de la articulación de la rodilla. Cada rodilla tiene dos meniscos, que ayudan a estabilizar la rodilla, absorben el impacto y evitan que los huesos del fémur, la tibia y la rótula se froten entre sí. Si la articulación de la rodilla se tuerce o gira excesivamente, el menisco puede romperse. Un menisco desgarrado a menudo causa dolor, hinchazón, inestabilidad y rigidez cerca de la articulación de la rodilla. Aunque es probable que pueda caminar sobre la rodilla lesionada, los síntomas empeorarán cada vez más hasta que la lesión descanse y sane.
Diagnóstico
Un menisco desgarrado a menudo se diagnostica mediante un examen físico o una prueba de imagen. Con un examen físico, el médico puede palpar suavemente el área alrededor de la articulación de la rodilla para detectar sensibilidad. Un examen físico también podría utilizar la prueba de McMurray, una de las pruebas más comunes para las roturas de menisco, según la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos. Para esta prueba, el médico doblará, enderezará y rotará suavemente la rodilla. Si el menisco se rasga, generalmente se escucha un chasquido cuando se mueve la rodilla. Una prueba de imágenes de resonancia magnética también se puede utilizar para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento exacto requerido para un menisco desgarrado depende de la ubicación y extensión de la lesión. La porción externa del menisco se beneficia de un rico suministro de sangre: las pequeñas lágrimas que ocurren en esta área a menudo sanan sin tratamiento quirúrgico. Las lágrimas extensas en esta área a menudo se corrigen mediante tratamientos quirúrgicos artroscópicos. Las lágrimas que ocurren a lo largo de los 2/3 internos del menisco son significativamente más difíciles, si no imposibles, de corregir. Dado que esta área carece de un suministro abundante de sangre, los tejidos no pueden sanar adecuadamente. En este caso, un médico solo puede cortar quirúrgicamente las piezas rotas. Después de la cirugía, es probable que su médico aplique un yeso o un aparato ortopédico, lo que evita el movimiento y permite la curación adecuada.
Tratamiento no quirurgico
Si la rotura de su menisco no fue lo suficientemente grave como para requerir cirugía, su rehabilitación simplemente debe incluir reposo, hielo, compresión y elevación. Descanse la rodilla durante el tiempo recomendado por su médico, evitando cualquier actividad que pueda agravar la lesión. A menos que se indique lo contrario, aplique hielo en el área durante 20 minutos cada dos horas. El frío ayuda a reducir la hinchazón y el dolor, pero asegúrese de envolver la compresa de hielo en una toalla para evitar lesiones en la piel. Un vendaje elástico envuelto firmemente alrededor de la rodilla puede ayudar a estabilizar la articulación de la rodilla y reducir la hinchazón. Mientras descansa, mantenga su rodilla elevada más alta que su corazón para reducir aún más la hinchazón.
Rehabilitación
Es probable que su médico le recomiende una serie de ejercicios para ayudar a restaurar la movilidad y mejorar la fuerza. Un programa de rehabilitación generalmente comienza con ejercicios de rango de movimiento, que requieren que mueva suavemente la rodilla hacia adelante y hacia atrás para restablecer el movimiento. A medida que mejore la estabilidad de su rodilla, también se agregarán ejercicios de fortalecimiento a su rutina de rehabilitación. Su médico o fisioterapeuta le recomendará ejercicios apropiados para su condición específica.