Las galletas de suero de leche escamosas que se derriten en la boca son un alimento reconfortante que a menudo evoca sentimientos cálidos y felices. Aunque son deliciosos con huevos o se usan para los sándwiches de desayuno, las galletas se pueden disfrutar a cualquier hora del día e ir bien con ensaladas para el almuerzo o sopas y guisos para la cena. Las galletas congeladas se cocinan mejor en un horno convencional en lugar de en un microondas, el último de los cuales puede hacer que las galletas sean más pastosas que marrones y escamosas.
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Paso 1
Precaliente un horno a 400 grados Fahrenheit. Cubra una bandeja para hornear con una fina capa de mantequilla o spray antiadherente para cocinar.
Paso 2
Retire la cantidad deseada de galletas del congelador. Colóquelos en la bandeja para hornear engrasada.
Paso 3
Coloque la bandeja para hornear en el centro del horno. Cocine las galletas durante 30 a 35 minutos o hasta que estén doradas. Las temperaturas del horno varían, así que comience a vigilar las galletas alrededor de los 25 minutos para evitar que se quemen.
Cosas que necesitarás
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Bandeja para hornear
Spray para cocinar con mantequilla o antiadherente
Propina
Descongele las galletas congeladas antes de hornear si lo desea. Coloque las galletas congeladas en el refrigerador la noche anterior en un recipiente hermético. Una vez descongelados, coloque las galletas en una bandeja para hornear y cocine en un horno a 350 grados durante aproximadamente 20 minutos.