Un ataque de pánico es un episodio de miedo intenso que aparece repentinamente, a menudo sin razón aparente. Además de los síntomas emocionales, los ataques de pánico pueden causar latidos cardíacos rápidos, sudoración, dificultades respiratorias, dolor abdominal y náuseas. Puede experimentar uno, ataques de pánico ocasionales o frecuentes, que generalmente indican un trastorno de ansiedad. El tratamiento para los trastornos de ansiedad que involucran ataques de pánico a menudo incluyen medicamentos, psicoterapia y técnicas de relajación. Los cambios en la dieta también pueden ayudar a prevenir o minimizar sus síntomas.
Granos enteros
Los granos integrales son granos que han retenido el contenido de nutrientes, fibra y proteínas durante el procesamiento de alimentos. Como resultado, los granos enteros se digieren más lentamente que los productos de granos refinados, como la harina blanca, y tienen un impacto positivo en los niveles de azúcar en la sangre. El manejo del azúcar en la sangre es un paso dietético útil para prevenir los ataques de pánico, según J. Stevenson, autor de "Trastornos de ansiedad: un plan conciso para superar los ataques de pánico, la fobia y la ansiedad". Reemplazar los bocadillos procesados con alimentos integrales con mayor frecuencia, según Stevenson, puede ayudar a prevenir los cambios de humor y promover la relajación. Los ejemplos de alimentos integrales nutritivos incluyen panes integrales 100 por ciento y cereales fríos, avena a la antigua, arroz integral de grano largo, quinua, cebada perlada y palomitas de maíz.
Productos lácteos
Los productos lácteos, como la leche, el yogur y el queso, son fuentes valiosas de calcio, vitamina D y proteínas, que también ayudan a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre. Los productos lácteos también contienen triptófano, un aminoácido que ayuda al cerebro a producir químicos asociados con la calma, según el psiquiatra de MayoClinic.com, Dr. Daniel K. Hall-Flavin. Para evitar la ingesta excesiva de grasas saturadas, consuma variedades magras, como leche descremada o baja en grasa y yogur, kéfir, una bebida similar al yogur y queso mozzarella parcialmente descremado con mayor frecuencia.
Frutas y vegetales
Las frutas y verduras son las principales fuentes de antioxidantes, nutrientes que ayudan a su cuerpo a protegerse de enfermedades e infecciones. Stevenson recomienda incorporar frutas y verduras en las comidas a base de almidón para mejorar el control del azúcar en la sangre y el equilibrio del estado de ánimo. En lugar de comer solo pasta enriquecida, por ejemplo, pastas integrales con verduras cocidas y salsa de tomate y agregue bayas coloridas o rodajas de plátano a la avena y los cereales fríos. Algunas frutas y verduras, como los plátanos y las papas al horno, también contienen triptófano.
Pescado y Aves
El pescado y las aves de corral proporcionan grandes cantidades de proteínas y nutrientes, incluidas las vitaminas B, el hierro y el zinc. El Centro Médico de la Universidad de Maryland recomienda comidas balanceadas, que contengan proteínas, carbohidratos complejos y grasas saludables, para mejorar los síntomas de ansiedad y el bienestar general. El pavo y el pollo son alimentos adicionales ricos en triptófano. Los pescados grasos, como el salmón, el atún blanco, la trucha de lago, la platija y el halibut, proporcionan ácidos grasos omega-3, grasas saludables que promueven la función cerebral positiva y pueden ayudar a aliviar los síntomas depresivos asociados con los trastornos de ansiedad. Elija carne blanca, aves de corral sin piel sobre aves de carne oscura, que es alta en grasas saturadas.