Hay una variedad de factores que afectan la frecuencia cardíaca y la presión arterial que pueden hacer que estas mediciones fluctúen cada día. La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes arteriales. La frecuencia cardíaca, también llamada frecuencia del pulso, es la cantidad de veces que su corazón late por minuto. Estas dos mediciones proporcionan información sobre la salud del corazón y el sistema cardiovascular.
La American Heart Association informa que una frecuencia cardíaca normal en reposo es de entre 60 y 100 latidos por minuto, y una presión arterial saludable es una lectura sistólica (la presión a medida que el corazón se contrae) de menos de 120 mm Hg y una lectura diastólica (la presión a medida que el corazón se relaja) de menos de 80 mm Hg.
Nutrición y salud del corazón
Seguir una dieta baja en grasas y rica en frutas y verduras, como lo sugiere el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), puede ayudar a reducir o prevenir la presión arterial alta. Además, es importante reducir la cantidad de sal o sodio que se consume diariamente. La mayoría de los estadounidenses comen más de los 2.300 miligramos de sal recomendados por día, según lo descrito por el NHLBI, lo que aumenta su riesgo de hipertensión arterial.
La cafeína, un fármaco natural que se encuentra en alimentos como el café, el té y el chocolate, también afecta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. La cafeína hace que los vasos sanguíneos se contraigan o se vuelvan más pequeños, lo que aumenta la presión arterial. También provoca que el corazón lata más rápido.
Efectos del alcohol
El alcohol es una droga y consumir demasiado puede tener efectos negativos en el cuerpo y es uno de los factores que afectan la frecuencia cardíaca. El alcohol hace que los vasos sanguíneos de los brazos y las piernas, conocidos como sistema vascular periférico, se dilaten o se agranden. Debido a que la sangre ahora tiene un área más grande dentro del vaso, la presión arterial baja. El corazón, por lo tanto, debe bombear más rápido y más fuerte para que la sangre fluya por todo el cuerpo.
Tabaquismo y nicotina
Fumar es la principal causa de muerte prevenible en los Estados Unidos, según los Centros para el Control de Enfermedades. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas informa que la nicotina en los cigarrillos provoca la liberación de epinefrina, lo que resulta en un aumento a corto plazo de la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Además, fumar hace que los vasos sanguíneos en los brazos y las piernas se estrechen. Con el tiempo, contribuye a la aterosclerosis, una condición que ocurre cuando el material graso conocido como placa se acumula en las arterias. Estas condiciones son factores que pueden contribuir a la hipertensión crónica.
Ejercicio y salud cardiovascular
Hacer ejercicio regularmente, definido por la American Heart Association como 30 minutos o más de actividad física moderadamente intensa en todos o la mayoría de los días, es importante para la salud del corazón. El ejercicio regular también ayuda a mantener un peso corporal saludable.
Las personas con sobrepeso tienen más probabilidades de tener presión arterial alta, triglicéridos (grasas) altos y un nivel bajo de colesterol HDL (bueno), según la American Heart Association. Las personas con sobrepeso a menudo también tienen frecuencias cardíacas más altas porque el corazón debe bombear más fuerte y más rápido para que la sangre fluya a través del tejido adicional.
Participar en actividades que son continuas y usan los músculos grandes de los brazos y las piernas se considera ejercicio aeróbico. El ejercicio aeróbico promueve la circulación de oxígeno por todo el cuerpo.
Debido a que es el músculo cardíaco el que bombea la sangre que transporta oxígeno a través del cuerpo, el corazón está esencialmente haciendo ejercicio. Este tipo de ejercicio ayuda al corazón a desarrollar resistencia. El resultado es que el corazón funciona de manera más efectiva: la sangre circulará a un ritmo cardíaco más lento tanto durante el ejercicio como en reposo.
Medicamentos y Presión Arterial
Según MedlinePlus, hay varios medicamentos que pueden afectar la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Algunos descongestionantes de venta libre que se encuentran comúnmente en los medicamentos para la tos y el resfriado causan un aumento tanto en la presión arterial como en la frecuencia cardíaca, lo que a veces también produce nerviosismo y ansiedad.
Se sabe que el acetaminofén, un analgésico de venta libre, aumenta la presión arterial. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, hacen que el cuerpo retenga líquidos, lo que aumenta el volumen de sangre. Para bombear este aumento de volumen de sangre, la presión arterial aumenta al igual que la frecuencia cardíaca.
Algunos medicamentos recetados también pueden afectar la presión arterial. Estas incluyen píldoras anticonceptivas, que contienen las hormonas estrógeno y progesterona, y antidepresivos.