La digestión es una de las funciones más importantes de su cuerpo, y una que debería ocurrir sin una conciencia consciente de su funcionamiento rutinario. Sin embargo, cuando la digestión no funciona correctamente, hay motivos de preocupación. El estreñimiento, especialmente el estreñimiento crónico, puede conducir a una serie de problemas que incluyen fatiga, sensibilidad a los alimentos, hinchazón, migrañas, mal aliento, malabsorción nutricional y enfermedades. La mala digestión no es normal y no debe aceptarla como tal. Una persona sana debe excretar desechos al menos una vez al día.
Causas de un sistema digestivo lento
Varias cosas pueden causar una digestión lenta, como comer alimentos procesados, tener demasiado estrés y hacer muy poco ejercicio. Si su dieta es baja en alimentos y agua de plantas fibrosas o si consume muchos alimentos chatarra y mucha carne y productos lácteos, esto puede retrasar su digestión. O, si hace ejercicio de manera inadecuada y tiene altos niveles de estrés, coma en momentos irregulares, tome suplementos de hierro, analgésicos y antidepresivos, o si está embarazada, estos también pueden causar una digestión lenta.
Bien, bien, bien… buena hidratación
Comience el día con una taza de agua tibia y el jugo de un cuarto a la mitad de un limón. El jugo de limón estimula al hígado a producir bilis, que es necesaria para una digestión eficiente. Una cucharada de vinagre de manzana o unas cucharaditas tomadas durante el día también pueden hacer maravillas. Ambos activan los jugos digestivos, lo que prepara al cuerpo para la ingesta de alimentos y ayuda a descomponer y eliminar los desechos no deseados que se han acumulado en el tracto digestivo. El agua es necesaria para enjuagar los intestinos, para ablandar las heces y para prevenir el estreñimiento.
Alimentos vegetales no procesados
La fibra se encuentra en alimentos vegetales, como verduras, frutas, frijoles, lentejas, granos integrales, nueces y semillas. La fibra soluble suaviza las heces, mientras que la fibra insoluble agrega volumen, estimula las contracciones intestinales y ayuda a que los alimentos pasen por los intestinos. Cuanto más refinado o procesado se vuelve un alimento, menos fibra contiene. Una gran cantidad de fibra se encuentra en las pieles y las cáscaras de los alimentos. Beba mucha agua, junto con sus alimentos fibrosos para evitar calambres y gases, y para ayudarlos a moverse a través del tracto digestivo.
Horario de comidas y regularidad
Mastique bien los alimentos, ya que la digestión comienza en la boca con las glándulas salivales. Cuanto más trabajo se realiza en la boca, menos se requiere del estómago. Intente programar las comidas a la misma hora todos los días y disfrútelas en un ambiente relajado y cómodo. Evite comer en exceso comiendo porciones de tamaño razonable, comiendo con atención y siguiendo la regla del 80 por ciento. Deja de comer cuando te sientas un 80 por ciento lleno, en lugar de cuando llegues al punto de estar incómodamente lleno. También es importante descansar de buena calidad, ya que gran parte de la digestión tiene lugar durante el sueño.
Alimentos para aumentar y alimentos para evitar
Evite la carne, el alcohol, los alimentos procesados, los alimentos grasos y fritos, que reducen el metabolismo, al igual que la leche, el queso y los helados. Los alimentos que ayudan a la digestión son los probióticos para establecer y reponer las bacterias intestinales beneficiosas, que incluyen manzanas, aguacates, espárragos, apio, bayas, higos, alcachofas, verduras de hoja verde oscura, remolacha, coles de Bruselas, frijoles, avena y arroz integral. El ajo, el jengibre, la manzanilla, el hinojo, el perejil, el cilantro, el comino, la cúrcuma y la pimienta roja molida son hierbas y especias útiles. También puede usar aloe, aceite de ricino, linaza molida y semillas de chía para ayudar a la digestión. En general, debe evitar la cafeína, pero si la bebe ocasionalmente, puede estimular los intestinos y hacer que las cosas se muevan.