Cualquiera que haya experimentado incontinencia intestinal, también conocida como incontinencia fecal, sabe que puede ser una condición frustrante y vergonzosa. Las personas con este problema a menudo dudan en salir en situaciones sociales debido a la vergüenza y la ansiedad asociadas con un posible accidente. Afortunadamente, en ciertos casos, los ejercicios de fortalecimiento simples para los músculos rectales pueden mejorar el control intestinal y aumentar la calidad de vida en general.
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Usando algunos ejercicios simples que apuntan a las áreas del piso abdominal y pélvico, puede fortalecer los músculos rectales y reducir la incidencia de incontinencia.
¿Qué músculos están involucrados?
La porción final de nuestro colon o intestino grueso es un segmento de 5 a 6 pulgadas de largo llamado recto. Esta sección termina en el ano y está cubierta por dos pequeños grupos musculares (llamados esfínteres internos y externos). Cuando estos esfínteres se contraen, hace que nuestra abertura anal se cierre y ayuda a que nuestras heces permanezcan dentro del cuerpo. La disfunción o debilidad en estos músculos, sin embargo, puede hacer que el recto se abra involuntariamente y puede provocar que se escapen las heces.
¿Qué causa los músculos rectales débiles?
Muchos factores diferentes pueden contribuir a la debilidad en los músculos rectales. El daño al esfínter interno o externo puede provocar debilidad muscular e incontinencia. Esto es especialmente común en las mujeres después del parto. La lesión de los nervios que controlan los músculos rectales también puede disminuir el control general del endurecimiento del esfínter.
Además, el estreñimiento crónico o las hemorroides pueden hacer que los músculos rectales se distorsionen o se estiren, lo que les dificultará evitar que se escapen las heces. En casos más raros, el prolapso rectal (en el cual el recto realmente cae a través de la abertura anal) también puede ser la causa, posiblemente requiriendo una cirugía para apretar el esfínter.
¿Quién está en riesgo?
La debilidad en los músculos rectales es algo común. Según una revisión de mayo de 2016 publicada en el North Carolina Medical Journal, el 35 por ciento de los pacientes que visitaron a su médico primario experimentaron incontinencia fecal. Si bien cualquiera puede verse afectado, hay varios grupos de personas que tienen más probabilidades de desarrollar esta afección.
A medida que envejecemos, el tejido muscular que recubre el recto naturalmente pierde fuerza. Debido a esto, las personas mayores de 65 años tienen más probabilidades de perder el control intestinal. Además, el problema es más común en mujeres y en personas con enfermedades crónicas como la esclerosis múltiple o la diabetes que afectan su función nerviosa.
¿Pueden ayudar los ejercicios?
Si bien la situación de cada persona es única, fortalecer los músculos rectales a menudo puede ayudar a mejorar la incontinencia fecal. Según un estudio de julio de 2016 publicado en el Journal of Clinical Nursing, la implementación de ejercicios de fortalecimiento dirigidos a los músculos pélvicos puede conducir a una mejor continencia intestinal y una mejor calidad de vida en general. Prueba estas técnicas:
1. Haz tus Kegel
Los ejercicios de Kegel son efectivos para reclutar los músculos profundos de la pelvis que ayudan a prevenir la incontinencia.
- Siéntese en una silla cómoda e intente contraer los músculos del recto y la pelvis como si tratara de detener el flujo al orinar. Visualice el piso de su pelvis "levantándose" de la silla en la que está sentado.
- Mantenga este apretón durante 10 segundos antes de relajarse y complete de 10 a 15 repeticiones por día.
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Cuando este ejercicio sea fácil, puede progresar a hacer Kegels mientras está de pie, caminando o haciendo ejercicio.
2. Pruebe los apretones rectales
Se ha demostrado que incluir este ejercicio de estiramiento del esfínter en su rutina en el hogar ayuda a disminuir la frecuencia de la incontinencia fecal.
- Comience acostado de lado en una posición cómoda.
- Intenta apretar los músculos de tu recto como si trataras de detener una evacuación intestinal.
- Mientras continúa respirando, mantenga esta contracción durante 10 segundos antes de relajarse.
- Continúe la técnica durante cinco a 10 minutos consecutivos cada día.
3. Patear esos abdominales
Sus abdominales trabajan junto con sus músculos pélvicos profundos para aumentar la presión dentro de su abdomen, para soportar sus órganos internos y reducir la incontinencia fecal. El ejercicio de inclinación pélvica ayuda a involucrar a su grupo muscular abdominal.
- Acuéstese de espaldas con las rodillas dobladas y los pies en el suelo.
- Simultáneamente, aprieta los músculos del estómago mientras balanceas la pelvis hacia atrás. A medida que realiza este movimiento, su espalda baja debe aplanarse contra el piso.
- Siga respirando y mantenga esta posición durante 10 segundos antes de relajarse.
- Pruebe dos o tres series de 10 repeticiones cada día.
¿Que más puedo hacer?
Además de los ejercicios de fortalecimiento enumerados anteriormente, hay varios otros cambios prácticos que puede hacer que pueden ayudar con su incontinencia. Incorporar elementos ricos en fibra en su dieta, evitar el estreñimiento de los grupos de alimentos y beber muchos líquidos puede ayudar. Dependiendo de la causa, su médico también puede recomendarle tomar laxantes o medicamentos para detener su diarrea.
Además, puede ser útil trabajar con un fisioterapeuta especializado en salud pélvica. Es posible que use una máquina de biofeedback especializada que lo ayude a aprender a involucrar mejor los músculos del esfínter en su recto. Además, su terapeuta puede diseñar un régimen de ejercicio individualizado para usted basado en sus debilidades específicas del piso pélvico y abdominal.
¿Necesito cirugía?
Si las medidas conservadoras no mejoran su incontinencia fecal, puede ser necesaria una cirugía de ajuste del esfínter. Según la Sociedad Estadounidense de Cirujanos de Colon y Rectal, existen varias técnicas diferentes que pueden usarse para aumentar su control intestinal. Algunas cirugías corrigen el daño físico a los músculos rectales, mientras que otras inyectan una sustancia llamada agente de carga en el recto para mejorar su función de compresión. En casos más raros, se puede implantar un estimulador nervioso para ayudar a que el tejido muscular del recto se contraiga.
Advertencias y precauciones
Es importante hablar con su médico si su debilidad o incontinencia rectal no mejora. Puede ser necesaria una evaluación exhaustiva para decidir si se necesitan tratamientos más invasivos o una cirugía para apretar el esfínter. Además, es importante informar cualquier síntoma adicional como dolor lumbar, incontinencia urinaria, debilidad en las piernas, disfunción sexual o entumecimiento u hormigueo en la región de la ingle, porque estas señales de alerta pueden indicar una preocupación más significativa.