Los minerales como el magnesio juegan un papel importante en el cuerpo humano, a pesar de que solo necesita una cantidad relativamente pequeña de ellos para una salud óptima, menos de medio gramo por día. Si toma café, es posible que no absorba el magnesio de manera eficiente, lo que posiblemente conduzca a una deficiencia de magnesio. Esto se puede contrarrestar consumiendo más magnesio cada día, pero debe hablar con su médico antes de tomar cualquier tipo de suplemento de magnesio.
Magnesio y Salud
Su cuerpo contiene aproximadamente 25 gramos de magnesio, la mayoría de los cuales se encuentra en el esqueleto. La mayoría del magnesio restante se puede encontrar en los músculos y en el interior de otras células. El magnesio es importante para convertir los carbohidratos y las grasas en formas de energía que las células pueden usar, y también es fundamental para producir nuevo ADN y proteínas. Estructuralmente, el magnesio es importante para la salud de sus huesos y células. También regula la función de los músculos y los nervios porque afecta los niveles de otros minerales dentro de las células.
Niveles de café y magnesio
Beber café puede afectar los niveles de magnesio en su cuerpo. Cuando tomas café, tu absorción intestinal de magnesio disminuye. Aunque el café no agota directamente el magnesio de su cuerpo, la disminución de la absorción de magnesio puede hacer que su cuerpo pierda gradualmente el magnesio, lo que podría provocar una deficiencia de magnesio. Cuanto más café beba, menos magnesio puede absorber sus intestinos. Esto se vuelve más importante a medida que envejece, ya que la absorción de magnesio generalmente disminuye con la edad.
Signos de deficiencia de magnesio
La falta de magnesio puede reducir la fuerza de los huesos y también provocar una interrupción de los otros procesos celulares que requieren magnesio. Además, los niveles bajos de magnesio pueden reducir la cantidad de calcio en su cuerpo. Otros signos de deficiencia de magnesio incluyen agitación, ansiedad, respiración rápida, temblores o espasmos musculares, ritmo cardíaco irregular, presión arterial baja, problemas para dormir, crecimiento deficiente de las uñas, náuseas y vómitos, confusión y convulsiones.