El aloe vera se puede tomar tanto por vía oral en forma de jugo como por vía tópica en forma de gel. Se ha demostrado que tiene beneficios para la salud y consecuencias para la salud. Existe controversia sobre los efectos orales del jugo de aloe, especialmente cuando lo usan las mujeres embarazadas. No hay suficiente evidencia científica para probar o refutar las declaraciones de propiedades saludables, por lo tanto, hable con un médico antes de comenzar la suplementación oral con aloe.
Historia
El uso de aloe vera, también llamado aloe barbadensis de la familia de las liliáceas, puede documentarse 3.500 años atrás en Egipto, aunque su uso probablemente se remontó otros miles de años. Se originó en el ambiente árido y cálido del noreste de África y Madagascar. Es una planta suculenta perenne que ahora se cultiva en áreas de los Estados Unidos, México y Asia.
Uso
El aloe se puede usar en forma de gel cuando se aplica directamente sobre la piel para combatir la picazón y el ardor. Como jugo, se ha tomado por vía oral para aliviar los síntomas de asma, diabetes, epilepsia y estreñimiento. Cuando se secan, las hojas contienen látex, que es un poderoso laxante. El aloe también tiene propiedades reductoras del azúcar en la sangre, por lo que un médico puede recomendarlo a las personas con diabetes tipo II. Safe Alternative Medicine afirma que el aloe tiene efectos beneficiosos sobre el sistema inmune y que reduce las fiebres e inhibe algunos virus. Puede aliviar la acidez estomacal y las úlceras pépticas.
Dosis
Para los adultos, la dosis típica para mantener las heces blandas es de aproximadamente 0.04 a 0.17 gramos de látex de aloe seco, o dos cucharadas de jugo de aloe en un vaso de agua. Para niños menores de 18 años, consulte a un médico, ya que se sabe que el aloe reduce el azúcar en la sangre. Ha habido casos de muerte asociados con la inyección de aloe con una aguja.
Embarazo y Lactancia
La Asociación Estadounidense del Embarazo ha considerado que el jugo de aloe posiblemente no es seguro durante el embarazo debido al mayor riesgo de contracciones uterinas y gotas de azúcar en la sangre. Cualquier producto laxante hecho con aloe, como los que contienen aloína y barbaloína, puede reducir los niveles de electrolitos. Hay afirmaciones de que las dosis pequeñas son seguras y beneficiosas, pero no hay suficiente evidencia científica para justificar su uso. El aloe se puede pasar a través de la leche materna al bebé y se considera demasiado duro para el sistema digestivo del bebé. Puede causar vómitos, estreñimiento y diarrea. A menos que lo recomiende un médico, es mejor evitar el jugo de aloe durante el embarazo y la lactancia.
Advertencia
Según los Institutos Nacionales de Salud, el aloe puede causar calambres y diarrea. Usar aloe para el estreñimiento durante al menos siete días consecutivos puede conducir a la dependencia, por lo tanto, evite el uso prolongado. Se ha demostrado que el uso de aloe durante más de un año aumenta el riesgo de cáncer colorrectal. Ha habido informes de inflamación del hígado con altas dosis de aloe. El efecto laxante puede causar desequilibrios electrolíticos, que pueden provocar debilidad muscular y ritmos cardíacos anormales. Se insta a las personas con diabetes, enfermedades cardíacas, enfermedades renales, trastornos de la tiroides y desequilibrios electrolíticos a hablar con un médico sobre los efectos del aloe antes de usar.