El apio, nombre científico Apium graveolens, es una planta cuyos tallos verdes crujientes se comen crudos y cocidos. Originario de la región mediterránea, se cultiva desde la antigüedad griega. El apio es un componente común de las dietas para bajar de peso, ya que es bajo en calorías y alto en nutrientes. La semilla de apio también se usa a veces como remedio herbal. Sin embargo, hay algunos problemas de salud relacionados con el apio que debe tener en cuenta.
Reacciones alérgicas
El apio es un alergeno muy común y las reacciones a este pueden ser potencialmente mortales. Si eres alérgico al polen de abedul o la artemisa, también es probable que reacciones al apio. Los síntomas pueden incluir picazón y erupciones cutáneas, hinchazón de la cara, boca, lengua y garganta, mareos y malestar estomacal. Una reacción más severa llamada shock anafiláctico se caracteriza por aturdimiento, disminución de la presión arterial, pulso rápido y dificultad para respirar. El shock anafiláctico es una afección médica grave que puede provocar coma y muerte. Cocinar no afecta el potencial alergénico del apio.
Fotosensibilidad
El apio contiene varios compuestos conocidos como furanocumarinas. Estos productos químicos hacen que la piel sea fotosensible, es decir, sensible a la luz brillante, especialmente a la luz solar. Por lo general, esta reacción ocurre debido a un manejo intensivo; Es común entre los trabajadores agrícolas, por ejemplo. Sin embargo, Dermanet Nueva Zelanda informa que "ocasionalmente, la ingestión de estos químicos en la sopa de apio puede causar una sensibilidad generalizada al sol; varias personas han desarrollado quemaduras solares severas después de comer sopa de apio y luego salir al sol o al salón de bronceado".
Problemas renales
El apio es rico en agua y diurético natural. Por lo tanto, las personas con problemas renales deben controlar su ingesta de apio, ya que el consumo excesivo podría ejercer presión adicional sobre sus riñones. Consulte con un médico si esto le preocupa a usted.
Preocupaciones por las mujeres embarazadas
Las mujeres embarazadas deben evitar grandes dosis de apio y semillas de apio, ya que pueden provocar hemorragias y contracciones uterinas. El consumo ocasional como parte de una dieta bien balanceada no es un problema.