No le hará daño a una persona sana tomar una ducha caliente o fría, pero cualquiera de ellos puede aumentar su ritmo cardíaco. Otro factor que puede agregar a esto es la preocupación por llegar a tiempo al trabajo y los problemas con los que tiene que lidiar cuando llegue allí. La prisa te hace moverte más rápido, y esto también puede aumentar tu ritmo cardíaco.
Demasiado caliente
Una ducha caliente elevará la temperatura de su cuerpo. Si sube mucho más de su temperatura normal, su hipotálamo actuará de la misma manera que lo haría si tuviera fiebre alta. Sus poros se abrirán, sudará y su corazón se acelerará para acercar rápidamente la sangre a la superficie de la piel para enfriarla. Su cuerpo está diseñado para proteger el cerebro y los órganos vitales del exceso de calor, independientemente de la fuente. Con el agotamiento por calor, el pulso se volverá rápido y débil.
Muy frío
Una ducha fría puede despertarte y hacerte sentir enérgico. El mensaje enviado a su hipotálamo es que tiene demasiado frío. Nuevamente, para proteger el cerebro y los órganos vitales, toma medidas. Los poros se cierran, se puede formar piel de gallina y el corazón se acelera para mover la sangre caliente más rápidamente. Puede comenzar a temblar. El temblor es una acción muscular involuntaria que utiliza el calor producido por la actividad muscular para calentar su cuerpo. Con hipotermia real, la frecuencia cardíaca disminuye.
Solo bien
El aumento de la frecuencia cardíaca puede incomodarlo, o su médico puede querer que evite este estrés en el corazón u otros órganos. Una ducha ligeramente superior a la temperatura corporal no hará que el cuerpo reaccione. La habitación también debe ser confortablemente cálida. Intenta no darte prisa y toma tiempo para secarte completamente. Vístase abrigado antes de salir de la habitación si el resto de la casa está fría.
Entrenamiento de la mañana
Puedes hacer bastantes ejercicios en la ducha. También pueden aumentar su ritmo cardíaco ligeramente, pero mucho menos que los ejercicios aeróbicos. Intenta chuparte el vientre con fuerza, sosteniéndolo durante 10 segundos y luego empujándolo hacia afuera nuevamente. Repita según lo permita el tiempo. Apriete y luego relaje los músculos del piso pélvico para fortalecerlos. Muchos grupos musculares pueden ejercitarse de esta manera. Tenga cuidado y limite los ejercicios a ejercicios que puedan realizarse de manera segura en una superficie resbaladiza.