La ingesta de sodio está relacionada con tasas más altas de hipertensión, enfermedades renales y cardíacas. Directrices recientes de la American Heart Association sugieren que todos reduzcan el consumo de sal a no más de 1, 500 mg por día. Los departamentos de Agricultura y Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. Recomiendan una ingesta de sal de 2, 300 mg al día para aquellos sin factores de riesgo para la salud. La sal tiene beneficios para la salud, cuando se consume con moderación, con consecuencias negativas para la salud cuando el consumo de sal es excesivo.
¿Quién debería limitar la ingesta de sodio?
El USDA recomienda a los pacientes con enfermedad renal, hipertensión e insuficiencia cardíaca congestiva que limiten la ingesta de sal. El sodio causa retención de líquidos en el cuerpo y puede provocar o empeorar la presión arterial alta en presencia de disfunción renal e insuficiencia cardíaca. Los afroamericanos tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal e hipertensión que los adultos mayores de 51 años. Las pautas del USDA se aplican a aproximadamente la mitad de la población. El otro 50 por ciento de la población estadounidense se orienta a consumir no más de 2, 300 mg de sodio al día, el equivalente a un poco menos de 1 cucharadita.
Sal y salud
El sodio, el componente principal de la sal, es vital para el funcionamiento celular y es un electrolito que ocurre naturalmente en las frutas y verduras. Mantener el equilibrio en la dieta al consumir frutas, verduras y alimentos frescos reduce la necesidad de agregar sal y constituye una dieta saludable. Según los expertos de la Universidad Estatal de Colorado, incluso los atletas deben evitar las tabletas de sal por el riesgo de empeorar la deshidratación. En cambio, se recomienda reemplazar la sal en el cuerpo después de un entrenamiento intenso al comer una comida saludable.
Agotamiento de sodio
El agotamiento de sodio puede ocurrir por enfermedad y por ciertos medicamentos. Los síntomas incluyen náuseas y vómitos, letargo, confusión, pérdida de apetito, convulsiones y coma. Agregar sal adicional a los alimentos para el reemplazo de electrolitos puede alterar el equilibrio en el cuerpo. Cuando se produce un desequilibrio de sodio, el reemplazo debe realizarse en el hospital con líquidos intravenosos. Consumir las cinco porciones recomendadas de frutas y verduras al día, limitar el consumo de alcohol y centrarse en la nutrición puede proporcionar al cuerpo la cantidad adecuada de sal necesaria para la salud.
Dieta baja en sodio para individuos sanos
Un estudio de Harvard sugirió que las personas sanas que consumen una dieta baja en sal podrían desarrollar resistencia a la insulina, obesidad y diabetes tipo 2. Los hallazgos fueron publicados en la revista "Metabolism", el 23 de julio de 2010. Después de siete días de comer una dieta baja en sal y luego una dieta alta en sal, se realizó un trabajo de laboratorio. Se descubrió que una dieta baja en sodio activa las hormonas que pueden conducir a la resistencia a la insulina.