Los antibióticos son una herramienta que salva vidas en el tratamiento de infecciones bacterianas, desde heridas infectadas hasta enfermedades como la tuberculosis. Aunque los antibióticos comúnmente recetados son bien tolerados, no siempre son efectivos de inmediato, y pueden ocurrir algunos efectos secundarios. Los suplementos pueden ayudar a mantener su cuerpo durante un ciclo de antibióticos. Sin embargo, siempre debe consultar a su médico antes de tomar suplementos para descartar cualquier interacción dañina.
¿Por qué suplementar mientras se toman antibióticos?
Existen muchos tipos diferentes de antibióticos, cada uno dirigido a tratar un tipo específico de infección. Algunos pueden causar efectos secundarios graves que afectan su hígado, riñones o huesos. La mayoría exhibe solo efectos secundarios leves a moderados, como malestar gastrointestinal, fatiga e infecciones por hongos. Sin embargo, algunos de estos efectos indeseables pueden llevarlo a buscar ayuda de suplementos adicionales. Además, algunas vitaminas pueden ayudar a respaldar los efectos de los antibióticos, acortando el tiempo de recuperación.
Probióticos y antibióticos.
Los suplementos más comunes que se toman con antibióticos se llaman probióticos. Los antibióticos están destinados a destruir bacterias dañinas, pero también pueden afectar las bacterias que su cuerpo necesita para digerir los alimentos, lo que provoca diarrea y malestar estomacal. Los probióticos pueden ayudar a volver a colocar las bacterias "buenas". Una revisión de 2006 publicada en el "Journal of Clinical Gastroentology" muestra que los probióticos son útiles para tratar la diarrea asociada a antibióticos en adultos y niños. El probiótico Saccharomyces boulardii parece ser más efectivo en adultos, mientras que los niños respondieron mejor a Lactobacillus rhamnosus GG. Estas bacterias se pueden encontrar en alimentos como el miso y el yogur, o en forma de suplemento. La calidad es importante: busque la etiqueta "cultivos vivos y activos" en cualquier alimento o suplemento.
Vitamina C y antibióticos
La relación entre la vitamina C y los antibióticos no se entiende completamente. En el "Journal of Applied Nutrition", un artículo argumenta que la reputación de la vitamina C como luchador de enfermedades se debe a sus propias propiedades antibióticas poderosas y subutilizadas. La vitamina C también puede mejorar la salud de las bacterias "buenas" de su cuerpo. Un estudio de 2002 de vacas con ubres infectadas mostró que las vacas tratadas con antibióticos y vitamina C se curaron más rápidamente que las tratadas con antibióticos solos. Sin embargo, no se han realizado suficientes estudios en humanos, y el Centro Médico de la Universidad de Maryland advierte que la vitamina C puede interactuar negativamente con los antibióticos en la familia de la tetraciclina. Consulte a su médico antes de comenzar la suplementación de vitamina C con antibióticos.
Vitamina D y antibióticos
La deficiencia de vitamina D ha estado implicada durante mucho tiempo en una variedad de infecciones y enfermedades y, según un estudio en "Future Microbiology", puede conducir a un tiempo de curación deficiente y una respuesta deficiente al tratamiento antibiótico convencional que se puede resolver con suplementos de vitamina D. Un estudio de 2011 realizado por científicos de Barts y la London School of Medicine and Dentistry muestra que la adición de vitamina D a los antibióticos regulares ayudó a acelerar el tiempo de recuperación para pacientes con tuberculosis con cierto tipo de receptor genético de vitamina D. Estos estudios implican que la suplementación con vitamina D puede ayudar a los antibióticos a funcionar de manera efectiva, pero se deben realizar muchos más estudios antes de poder hacer recomendaciones positivas. Pregúntele a su médico si los suplementos de vitamina D son adecuados para usted.