Los antiguos romanos cultivaron moluscos para joyería y comida hace miles de años. Esta familia de animales marinos incluye ostras, vieiras y almejas. Otro miembro, el mejillón, sigue siendo un manjar popular. Comer mejillones tiene algunos beneficios nutricionales. Sin embargo, debe evitar comerlos crudos para evitar enfermedades transmitidas por los alimentos.
Propina
Los mejillones son bajos en grasa y altos en proteínas, y cuando se consumen cocidos, son una adición saludable a su dieta.
Comer mejillones te da macronutrientes
La gente prehistórica de Sudáfrica dependía de los moluscos para obtener suficiente proteína. Los científicos modernos han analizado de cerca los macronutrientes en los mejillones. Los mejillones contienen principalmente proteínas. Tienen solo una pequeña cantidad de carbohidratos y grasas. Por lo tanto, los mejillones tienen un excelente perfil nutricional para ayudar a perder peso, según un informe de 2014 de Dadun en la Universidad de Navarra, porque la proteína tiene más poder saciante que las grasas o los carbohidratos.
Comer mejillones te da micronutrientes
El gobierno de los Estados Unidos considera que un alimento es una buena fuente de vitamina cuando le da el 10 por ciento del valor diario recomendado en una sola porción. Dada esta definición, los mejillones tienen cantidades significativas de vitamina B-12, fósforo y hierro. También contienen ácidos grasos esenciales omega-3 como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Estas grasas tienen muchos beneficios para la salud, incluido el apoyo a la salud del corazón y el cerebro.
Comer mejillones puede causar toxicidad
Los científicos estiman que dos tercios de todas las especies han desaparecido desde que comenzó la vida en la tierra. Parte de esta pérdida proviene de la contaminación humana. Tal contaminación hace más que matar especies: también las hace tóxicas para comer. Puede absorber algo de su toxicidad.
El tejido blando de los mejillones los hace especialmente vulnerables a la contaminación, según un informe de agosto de 2018 en el Marine Pollution Bulletin. Este estudio encontró que el 60 por ciento de los mejillones tienen defectos de nacimiento relacionados con la contaminación. El impacto de comer mariscos mutantes sigue siendo desconocido, pero los mariscos contaminados con plástico pueden representar una amenaza para toda la cadena alimentaria.
Comer mejillones puede causar parálisis
No todas las toxinas del mejillón provienen de la actividad humana. Algunos de ellos suceden naturalmente. Los mejillones sobreviven comiendo diferentes especies de plancton. Los miembros de la familia del plancton Dinophysis contienen un veneno que causa parálisis respiratoria en humanos. Los científicos llaman a este efecto mortal envenenamiento paralítico de mariscos. Cada año se producen más casos de tales intoxicaciones, según un artículo de julio de 2018 en el Journal of Veterinary Research. Cocinar mejillones aumenta el contenido de veneno. Por lo tanto, los programas de monitoreo proporcionan la única forma de evitar esta toxina.
Comer mejillones puede causar enfermedad
Otras toxinas de mejillón tienen un efecto menos severo. Un documento de 2016 del Comité Científico de la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda describió el envenenamiento por mariscos amnésicos. El plancton Pseudo-nitzschia en el que cenan los mejillones causa esta intoxicación, que puede causar daño cerebral. Al igual que el envenenamiento paralítico de mariscos, cocinar no previene el envenenamiento amnésico de mariscos. Hervir, sin embargo, reduce en gran medida su riesgo. Por lo tanto, debe hervir los mejillones para evitar este veneno y muchas otras toxinas.
Comer mejillones puede causar reacciones alérgicas
Muchas personas tienen reacciones alérgicas a los mariscos, incluidos los mejillones. Estas reacciones van de leves a severas. Este es un rasgo genético que probablemente lo afectará durante toda su vida, según una revisión de 2016 en el Journal of the American College of Nutrition. Los autores de esta revisión observaron un aumento en el número de reacciones de mariscos durante los últimos 20 años. Se desconocen los motivos de este aumento, pero los médicos pueden evaluar su susceptibilidad.