La progesterona es una hormona importante en el cuerpo femenino, producida por los ovarios y las glándulas suprarrenales, y en las mujeres embarazadas, por la placenta. Esta hormona desempeña varios papeles importantes, incluida la preparación del cuerpo y el mantenimiento de un embarazo. Además, junto con otras hormonas, ayuda a regular el ciclo menstrual mensual y puede influir en el estado de ánimo y el deseo sexual. La progesterona se usa con frecuencia en la terapia de reemplazo hormonal y en el tratamiento de la infertilidad. Desafortunadamente, la progesterona también puede provocar o empeorar el reflujo ácido.
Progesterona y reflujo ácido
El reflujo ácido, o acidez estomacal, ocurre cuando el contenido del estómago se regurgita hacia el esófago. Esto puede provocar ardor e incomodidad en el área del pecho o la garganta. También puede causar dificultad para tragar, toser o náuseas. La progesterona es una de las muchas cosas que pueden causar o agravar el reflujo ácido. La hormona provoca la relajación del esfínter esofágico inferior (EEI), un anillo muscular en el esófago que se contrae para evitar que el contenido del estómago fluya en la dirección incorrecta. Si este anillo muscular se relaja demasiado, el contenido del estómago puede elevarse nuevamente por el esófago y causar reflujo ácido. Esta es una razón por la cual las mujeres embarazadas tienen acidez estomacal: sus niveles de progesterona están elevados.
Modificaciones de estilo de vida
Varias modificaciones en el estilo de vida pueden ayudar a disminuir los síntomas de reflujo ácido, incluso cuando la progesterona está presente o elevada. Las personas con sobrepeso, con un IMC de 25 o más, tienen un mayor riesgo de desarrollar reflujo ácido. La pérdida de peso puede ayudar a disminuir la frecuencia de los síntomas o incluso a resolverlos en algunos casos. Dejar de fumar y dormir con la parte superior del cuerpo ligeramente elevada también ayudan a disminuir la probabilidad de reflujo ácido.
Modificaciones de dieta
Modificar la dieta también puede ayudar a minimizar la probabilidad de desarrollar reflujo ácido. Las personas pueden tener diferentes factores desencadenantes que agravan los síntomas de acidez estomacal, pero algunos de los culpables comunes incluyen cafeína, chocolate, alcohol, menta, cebolla cruda y ajo. Estos alimentos pueden, como la progesterona, contribuir al reflujo al relajar el esfínter esofágico inferior, o pueden agravar el reflujo a través de diferentes mecanismos. El American College of Gastroenterology también recomienda limitar la ingesta de alimentos grasos, ya que estos también parecen desencadenar síntomas.
Advertencias y precauciones
Aquellos que experimenten reflujo ácido nuevo o que empeore deben comunicarse con sus proveedores médicos. El reflujo de ácido crónico puede provocar daños a largo plazo, incluida la erosión del revestimiento del esófago y las úlceras esofágicas, pero el tratamiento puede mitigar algunos de estos riesgos. La terapia con progesterona, además de cualquier influencia que pueda tener sobre el reflujo ácido, puede tener otros efectos secundarios, incluidos los efectos sobre el estado de ánimo. Finalmente, ya sea que esté o no en terapia de reemplazo hormonal, el dolor en el pecho debe tomarse en serio. No debe atribuirse automáticamente a la acidez estomacal, porque el dolor de pecho cardíaco y la acidez estomacal a menudo se confunden entre sí.