Adaptaciones fisiológicas al ejercicio.

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Anonim

Los humanos han sobrevivido en este planeta durante miles de años debido a nuestra capacidad de adaptación. Las adaptaciones fisiológicas comienzan a ocurrir casi de inmediato al comenzar un nuevo programa de ejercicios. Muchos cambios ocurren en todo el cuerpo, pero los cambios más significativos incluyen cambios en los músculos, huesos y sistema cardiovascular.

Su cuerpo se vuelve más eficiente en respuesta al ejercicio regular. Crédito: Pixland / Pixland / Getty Images

Adaptaciones Neuromusculares

El sistema neuromuscular es uno de los primeros sistemas del cuerpo en responder y adaptarse a un nuevo estímulo de entrenamiento. Estos cambios son el resultado de que las unidades motoras en la columna se vuelven sensibles para estimular las fibras musculares. Las unidades motoras previamente inactivas se vuelven más activas y funcionan a un ritmo más rápido. Como resultado, experimentarás una mayor fuerza y ​​potencia. Las personas sin entrenamiento pueden experimentar ganancias sustanciales de fuerza del 25 por ciento o más en tres a seis meses, señala Jack H. Wilmore y David L. Costill, autores de "Fisiología del deporte y el ejercicio".

Desarrollo muscular

La hipertrofia muscular o el crecimiento muscular se producen como resultado del entrenamiento de resistencia a largo plazo. La hipertrofia es cambios tanto en el tamaño como en el número de fibras musculares. Los aminoácidos que se encuentran en las fuentes alimenticias de proteínas ingresan a las células para desarrollar músculo cuando el estímulo de entrenamiento es lo suficientemente significativo como para requerir tejido muscular adicional. La velocidad del transporte de aminoácidos en los músculos está directamente influenciada por la intensidad y la duración de la tensión muscular. Por el contrario, cuando los músculos normalmente activos se vuelven inactivos o inmovilizados, puede producirse atrofia muscular o pérdida muscular, porque ya no se necesita tejido muscular adicional.

Adaptaciones óseas

Al igual que el tejido muscular, los huesos también responden al estímulo del ejercicio. Los huesos se estresan durante el ejercicio cuando los tendones y músculos tiran del hueso. Esta tensión adicional en los huesos estimula a los huesos a volverse más densos. La tensión esencial mínima es la tensión mínima sobre el hueso necesaria para que comience el crecimiento óseo. Se cree que la tensión esencial mínima es 1/10 de la fuerza necesaria para fracturar un hueso, según BrainMac Sports Coach. El ejercicio regular con carga de peso, como el entrenamiento de fuerza, caminar y trotar, está directamente relacionado con el crecimiento óseo. Sin embargo, la inactividad puede provocar una disminución de la densidad ósea, lo que puede conducir a la osteoporosis.

Adaptaciones cardiovasculares

El sistema cardiovascular pasa por muchas adaptaciones como resultado del ejercicio aeróbico y anaeróbico. El corazón se vuelve más eficiente para bombear y entregar sangre fresca a los tejidos musculares. El volumen de sangre aumenta, se forman nuevos capilares para llevar más sangre al músculo entrenado, hay aberturas más grandes de los capilares existentes y la distribución de la sangre se vuelve más eficiente. Como resultado, la frecuencia cardíaca en reposo y submáxima disminuye, así como su presión arterial, en respuesta al entrenamiento regular de resistencia aeróbica.

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Adaptaciones fisiológicas al ejercicio.