La creatividad puede describirse libremente como la aplicación de nuevas soluciones y posibilidades a algún aspecto del esfuerzo humano. La creatividad es fácil de identificar pero notoriamente difícil de medir. Sin embargo, armados con la última generación de tecnologías de imágenes cerebrales, los neurocientíficos han logrado avances reales al aislar dónde vive la creatividad en el cerebro. Muchas partes del cerebro influyen en la creatividad y, sorprendentemente, tan importantes son las partes del cerebro que no están activas durante el ensueño creativo.
Cerebro izquierdo y cerebro derecho
En años pasados, los investigadores mantuvieron que la creatividad era mayor en individuos que son pensadores del cerebro derecho. Conocida como lateralización cerebral, esta teoría sostiene que el lóbulo cerebral derecho está más activado en personas zurdas. Todo, desde el pensamiento divergente, las vetas artísticas y el procesamiento más rápido de la información, se atribuyó a los llamados pensadores del cerebro derecho.
Investigadores modernos como Rita Carter, autora de "Mapping the Mind", creen que lo más importante para el impulso creativo es el nivel de comunicación entre los dos lóbulos del cerebro. El cuerpo calloso, la parte del cerebro que conecta los dos lóbulos, tiene un diámetro más grueso en las personas que obtienen un puntaje alto en las pruebas de creatividad. Cuanto más grueso es el cuerpo calloso, más eficientemente el cerebro sincroniza sus actividades. Esta idea, publicada por primera vez en 1988 por Joseph y Glenda Bogen en la revista para las Clínicas Psiquiátricas de América del Norte, ha ganado un apoyo cada vez mayor por la tecnología de imagen cerebral reciente. En otras palabras, la creatividad se ve reforzada por un mayor uso de todo el cerebro.
El papel de la norepinefrina
La creatividad no está determinada solo por la lateralización del cerebro. El Dr. Kenneth M. Heilman, profesor de neurología en la Universidad de Florida, señala que durante el pensamiento creativo, el neurotransmisor norepinefrina se reduce en gran medida. La norepinefrina se asocia con la recuperación de la memoria a largo plazo, por lo que su reducción durante el pensamiento creativo ayuda al cerebro a olvidar lo que ya sabe. De esta manera, es más probable que se descubran nuevas conexiones y nuevas ideas.
Supresión del pensamiento crítico
Otro descubrimiento sorprendente sobre la ciencia de la creatividad fue realizado por los investigadores Charles Limb y Allen Braud, quienes realizaron escaneos de imágenes cerebrales en músicos de jazz. Mientras que los músicos hicieron composiciones espontáneas, se suprimieron varias funciones cerebrales superiores en la corteza prefrontal. Esta parte del cerebro está asociada con el control consciente, así como con el autocontrol. Quizás la idea de la psicología popular de que el "crítico" debe ser silenciado durante el pensamiento creativo se refleja en estos hallazgos. Limb y Braud también informan que los centros límbicos del cerebro no están regulados durante la improvisación creativa, proporcionando apoyo neurológico para el papel de la emoción aumentada durante las actividades creativas.
Tomados en conjunto, estos hallazgos neurológicos sugieren que la creatividad se refleja en el cerebro como una mayor lateralización, como una reducción en el pensamiento crítico y la memoria a largo plazo y como una mayor emocionalidad.