Parte de aprovechar al máximo la natación es tener pleno conocimiento de la seguridad del agua, que incluye procedimientos adecuados para las inclemencias del tiempo, especialmente durante la lluvia y las tormentas. El eslogan de seguridad del Instituto Nacional de Seguridad contra Rayos con respecto a la natación durante las tormentas es: "Si puedes verlo, huye; si puedes oírlo, límpialo". Esto significa que aunque la lluvia en sí misma no representa necesariamente una amenaza para la seguridad de los nadadores, los truenos y los rayos pueden desarrollarse rápidamente y causar un riesgo. Consulte con el socorrista en su piscina o playa antes de entrar al agua cuando llueve.
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Piscinas
Los rayos pueden golpear fácilmente algo conectado a la piscina, como una tubería de agua, como la piscina misma, lo que significa que tanto las piscinas interiores como las exteriores deben evitarse durante una tormenta que contenga truenos y relámpagos. Regrese a la piscina solo cuando no haya escuchado ningún trueno durante al menos 30 minutos.
Agua abierta
Los vientos fuertes pueden afectar las condiciones y corrientes del agua, especialmente en los océanos. Las fuertes lluvias pueden dificultar su visibilidad de la costa y provocar que se desoriente. Además, las lluvias pueden hacer que las bacterias y otras materias nocivas sean arrastradas al océano y a las vías fluviales; por lo tanto, se debe evitar nadar durante y durante 12 a 24 horas después de tormentas fuertes.