Algunas personas se jactan de vomitar después de un entrenamiento. Sin embargo, sentir náuseas o vomitar después del ejercicio no siempre es algo bueno. Podría ser el resultado de problemas serios de ejercicio, que incluyen sobreesfuerzo, deshidratación o mala alimentación antes de su entrenamiento.
Dado que las náuseas pueden impedir que haga ejercicio, es mejor averiguar qué está causando sus vómitos después del entrenamiento para que pueda prevenir la afección y continuar logrando sus objetivos diarios de condición física.
Náuseas después del entrenamiento
Junto con el vómito al final de un entrenamiento, puede experimentar otros síntomas como precursor de las náuseas. También puede experimentar desmayos o mareos, que pueden contribuir a sus náuseas. Los síntomas pueden manifestarse al final de un entrenamiento largo y particularmente agotador.
Si ha comido una comida pesada antes de su entrenamiento o no ha comido lo suficiente antes de hacer ejercicio, puede comenzar a sentir ganas de vomitar tan pronto como comience a hacer ejercicio, una señal de que su reacción podría estar relacionada con su azúcar en la sangre.
Causas de vomitar
El malestar gastrointestinal puede estar relacionado con la intensidad del ejercicio. De hecho, las náuseas y los vómitos son quejas comunes en los atletas de resistencia. Un estudio de caso publicado en 2013 por Gastroenterology Review siguió a un corredor masculino de 21 años que experimentaba vómitos inducidos por el ejercicio y descubrió que su dolencia estaba relacionada con la deshidratación. En estas situaciones, sus síntomas pueden revertirse con una ingesta adecuada de líquidos antes y durante el ejercicio.
La deshidratación combinada con el esfuerzo puede hacerte sentir ganas de vomitar. Cuando empujas tu cuerpo demasiado fuerte sin primero calentar a la intensidad, el esfuerzo puede hacerte sentir enfermo, especialmente cuando se combina con una falta de hidratación.
Tratamiento para las náuseas
Asegúrese de tener agua a mano y tome un breve descanso, permitiendo que su pulso regrese a un ritmo de reposo. Si decide comenzar a hacer ejercicio nuevamente en la misma sesión, comience con la intensidad más baja posible hasta que se sienta lo suficientemente cómodo como para aumentar su velocidad o intensidad.
Prevenir las náuseas después de un entrenamiento
La mejor manera de lidiar con las náuseas y los vómitos después del ejercicio es prevenirlo. Dado que tanto el ayuno como las comidas completas pueden afectar la forma en que su cuerpo reacciona a un entrenamiento, es mejor tomar un refrigerio pequeño y nutritivo antes de ir al gimnasio. Una manzana con mantequilla de maní, una barra de proteína o frutas secas y nueces puede ayudar a alimentar su cuerpo sin que se sienta lleno o enfermo.
Beba agua con frecuencia durante el entrenamiento, al menos 7 a 10 onzas por cada 10 a 20 minutos de ejercicio, de acuerdo con el American Council on Exercise. Cuando intente un nuevo entrenamiento o aumente su intensidad, hágalo lentamente y con un observador competente para aclimatar su cuerpo al ejercicio gradualmente.
Ver un doctor
Aunque es raro, vomitar después del ejercicio puede ser un signo de un problema más grave, como un golpe de calor, insuficiencia renal aguda u otras afecciones médicas. Consulte a su médico si siente dolor al vomitar o experimenta estos síntomas con frecuencia.
Las náuseas y los vómitos también pueden ocurrir con un ataque al corazón. Busque atención médica inmediata si experimenta dolor en el pecho con estos síntomas.