Cómo entrenar para hacer senderismo a gran altitud

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Anonim

Alcanzar los picos más altos tiene sus recompensas, que incluyen impresionantes vistas y lugares pintorescos. Pero si desea cosechar las ventajas, es imprescindible que mantenga su seguridad y salud en su ascenso a la cima. Ya sea que esté trepando por el Kilimanjaro o escalando las Montañas Rocosas, debe aclimatarse a la altitud, y para eso, necesitará algunos consejos de senderismo a gran altitud.

El senderismo a gran altitud requiere el entrenamiento adecuado. Crédito: miljko / E + / GettyImages

Ponte en forma

El primer orden del día mientras se entrena para el trekking de altitud: ponerse en forma. Un artículo publicado por Kilimanjaro Trek Guide recomienda fortalecer el sistema cardiovascular mediante ejercicios de entrenamiento aeróbico.

El artículo también sugiere ejercicios de entrenamiento de intensidad leve a moderada, como correr largas distancias, nadar y andar en bicicleta. Puede comenzar su entrenamiento unos dos o tres meses antes de la escalada, haciendo ejercicio tres veces por semana durante un período de 40 minutos a una hora cada vez.

Hidrata y Descansa

El entrenamiento de senderismo a gran altitud requiere la máxima disciplina cuando se trata de mantenerse hidratado y descansar lo suficiente. Sin líquidos, corre el riesgo de fatigarse y ser más susceptible al mal de altura.

Su cuerpo requerirá más de la ingesta de líquidos habitual durante su ascenso, un mínimo de aproximadamente 3 a 4 cuartos por día. Teniendo esto en cuenta, es importante que tu cuerpo se acostumbre a tomar grandes cantidades de líquidos.

La hidratación también juega un papel importante en la cantidad de sueño de alta calidad, ya que la deshidratación puede causar noches inquietas. Como cuestión general, las personas generalmente tienen problemas para dormir a gran altura, así que asegúrese de descansar bien antes de comenzar la gran subida.

Conozca los riesgos del senderismo a gran altitud

Una guía de senderismo a gran altitud no estaría completa sin mencionar los posibles riesgos, que incluyen:

Enfermedad aguda de montaña (AMS): una forma leve de mal de altura que puede producir síntomas como náuseas, dolor de cabeza o fatiga.

Edema pulmonar de gran altitud (HAPE): una enfermedad grave (que requiere atención médica) en la que el líquido ingresa a los pulmones y se siente como si le hubieran dejado sin aliento. Los signos de HAPE incluyen tos con espuma espumosa.

Edema cerebral de gran altitud (HACE): una enfermedad potencialmente mortal marcada por la confusión y la falta de coordinación que también requiere atención médica inmediata y el descenso de la montaña.

El cuerpo de todos reacciona de manera diferente a las grandes altitudes, por lo que es mejor probar primero sus reacciones entrenando a grandes altitudes. Luego, asegúrese de llevar las provisiones adecuadas con usted en su caminata. Lleve consigo suficiente comida y agua, además de un kit de ayuda para la altitud con medicamentos como Diamox (a menudo recetado para excursionistas que ascienden por encima de 8, 000 pies), ibuprofeno, pastillas para la tos y medicamentos para la indigestión.

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