La cordialidad de los frijoles horneados, así como sus bajos costos, hacen que la guarnición sea un artículo popular para la comida en reuniones familiares y comidas al aire libre. Los frijoles horneados están hechos de frijoles blancos, que están llenos de fibra, ácido fólico, fósforo y calcio. Cuando haya cocinado para una multitud y haya sobrado frijoles horneados, congele un lote para guardarlo para otro día.
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Paso 1
Deje que los frijoles horneados se enfríen a temperatura ambiente antes de congelarlos. Congelar los frijoles mientras está caliente puede hacer que los contenedores se expandan y se rompan potencialmente.
Paso 2
Coloque los frijoles y la salsa en un recipiente hermético resistente. Un plato cubierto de plástico o cerámica funciona mejor que una bolsa de plástico. Deje un poco de espacio en la parte superior del contenedor, llamado espacio para la cabeza, en caso de que el contenedor se expanda en el congelador.
Paso 3
Cubra los trozos de carne de cerdo, si usa carne en sus frijoles horneados, con salsa antes de cerrar el recipiente. La salsa protege la carne de que se seque en el congelador.
Etapa 4
Escriba la fecha en el contenedor. Los frijoles horneados pueden permanecer de forma segura en el congelador durante aproximadamente seis meses antes de que el sabor y la textura se vean comprometidos.
Cosas que necesitarás
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Recipientes herméticos
Bolígrafo
Propina
Cuando prepare frijoles horneados desde cero, cocínelos hasta que estén tiernos; piense al dente, como un plato de pasta al horno. Los frijoles horneados enlatados pueden volverse suaves y blandos cuando se descongelan.