Las pechugas de faisán son de color claro con un sabor similar al del pollo, aunque la carne es más rica y puede tener un ligero sabor a gamuza si la pechuga proviene de un ave salvaje en lugar de criada en granja. Según la Universidad Estatal de Dakota del Norte, se pueden usar una variedad de métodos al cocinar pechuga de faisán.
Puede usar la pechuga de faisán en una variedad de platos, o simplemente servirla como plato principal junto con relleno, verduras, arroz o casi cualquier guarnición que elija. Las recetas de pechuga de faisán se pueden hacer en la estufa, en la parrilla o incluso en una olla de cocción lenta. O pruebe recetas de faisán sin piel en el horno.
Cocinar pechuga de faisán
Paso 1: salmuera tu faisán
Coloque la pechuga de faisán en una mezcla de agua y sal kosher y salmuera en un recipiente cubierto en el refrigerador durante al menos dos horas antes de cocinar.
Reemplace parte del agua con sidra de manzana durante el proceso de salmuera para darle a la carne un sabor ligeramente más dulce. La salmuera ayuda a la carne a retener sus jugos durante el proceso de cocción.
Paso 2: retire y enjuague
Retire la pechuga de la mezcla de salmuera y enjuáguela con agua corriente fría para eliminar cualquier sal que se adhiera al exterior de la carne.
Paso 3: agrega algunos condimentos
Frota la pechuga con los condimentos que elijas o rocía la carne con mantequilla o caldo de pollo para mejorar el sabor. Evite agregar sal adicional ya que la carne retiene algo de sal durante el proceso de salmuera.
Paso 4: cocina tu carne
Cubra el fondo de una fuente para asar con agua u otro líquido de cocción y ase la pechuga, cubierta, a una temperatura de 250 a 325 grados Fahrenheit. Alternativamente, asa o cocina la carne en una sartén, cortando cada lado hasta que los jugos se pongan ligeramente rosados.
También puede colocar la pechuga en una olla de cocción lenta con agua, caldo o crema, sopas y vegetales, cocinando a fuego lento durante todo el día para obtener una pechuga de faisán tierna antes de la cena.
Paso 5: Verifique la temperatura
Verifique la temperatura interna de la pechuga colocando un termómetro para carne en la carne en el punto más grueso. El faisán debe tener una temperatura interna de al menos 165 grados Fahrenheit, según la Extensión de la Universidad Estatal de Michigan.
Paso 6: Descansa y sirve
Deje que el faisán descanse durante varios minutos antes de servir para permitir que los jugos se depositen en la carne antes de servir.
Refrigere las sobras rápidamente a 40 grados Fahrenheit o menos. Deseche cualquier pechuga de faisán que haya estado a temperatura ambiente durante más de dos horas para reducir el riesgo de crecimiento bacteriano dañino.
Consuma sus restos de faisán en tres o cuatro días, o congélelos a 0 grados durante tres o cuatro meses, según lo recomendado por el USDA.
Cosas que necesitarás
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Tazón con tapa
Tazas de medir
Sal kosher
Cuchara
Sidra de manzana (opcional)
Condimentos
Mantequilla (opcional)
Caldo de pollo (opcional)
Cepillo para rociar (opcional)
Asadera (opcional)
Sartén (opcional)
Olla de cocción lenta (opcional)
Termómetro de carne
Propina
Intente servir pechuga de faisán en lugar de aves de corral en sus recetas favoritas. Corta tiras de pechuga y agrégalas a sopas, ensaladas o guisos. Vierte una salsa sobre el pecho. El faisán combina bien con salsas dulces, como la salsa picante.