La pasta congelada es un ingrediente rápido y conveniente para tener a mano para esas noches en las que necesita una comida saludable a toda prisa. Servir pasta congelada proporciona los carbohidratos necesarios para la energía, y dependiendo de qué tortellini o ravioles estén rellenos, también puede ofrecer una porción o dos de proteína. Cocinar pasta congelada no es más o menos difícil o complicado que cocinar pasta fresca o seca. La clave para hervir la pasta congelada es agregar uno o dos minutos al tiempo de cocción habitual.
Paso 1
Llena una olla grande con agua. La pasta congelada como los tortellini y los raviolis puede expandirse hasta en un 50 por ciento, así que asegúrese de dejar suficiente espacio en la olla para esto.
Paso 2
Lleve el agua a ebullición completa. Poner la pasta en la olla antes de que hierva por completo puede hacer que la pasta blanda se pegue a sí misma.
Paso 3
Agregue la pasta congelada, revolviéndola suavemente con una cuchara de madera mientras la agrega al agua. Una cuchara de pasta tiene un agujero en el centro, lo que facilita el movimiento a través del agua.
Etapa 4
Establezca un temporizador para evitar cocinar demasiado la pasta. Los tortellini y los raviolis generalmente tardan entre 5 y 7 minutos en cocinarse. Los fettuccine congelados tomarán un poco más de tiempo, y los fideos más delgados tomarán menos.
Paso 5
Pruebe la cocción sacando un poco de pasta, pasándola por agua fría y probándola. La pasta debe ser suave, sin toques crujientes.
Paso 6
Vierte la pasta en un colador y agítala suavemente para drenar toda el agua. Mezcle con una llovizna de aceite de oliva para evitar que se pegue mientras se enfría.
Cosas que necesitarás
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Olla grande
Agua
Cuchara de madera
Temporizador
Colador
Aceite de oliva (opcional)
Propina
Agregue tortellini congelado a las sopas como un cambio interesante de los fideos de huevo.
Advertencia
Nunca descongele la pasta congelada antes de cocinarla, ya que esto puede arruinar la textura.