El estrés, los ataques de pánico, el miedo e incluso la emoción pueden hacer que los niveles de adrenalina suban por el techo, haciendo que su ritmo cardíaco se acelere y que no pueda sentirse tranquilo y relajado. A menudo, las personas tienen miedo de estos episodios cuando los síntomas se deben simplemente a eventos negativos y la respuesta de "lucha o huida" de sus cuerpos. Aprender a controlar su pulso y reducir los niveles de ansiedad le da más control sobre sus sentimientos y respuestas a situaciones difíciles.
Siempre busque el consejo de un médico para cualquier síntoma cardíaco para asegurarse de que no sea sintomático de algo más urgente.
Reduce la velocidad de tu respiración
Paso 1
Regule su respiración para reducir su pulso, como lo aconseja Earlham College en sus consejos para el manejo de la ira. Reconozca que la emoción aumentada, ya sea enojo, estrés o ansiedad, puede hacer que respire de manera superficial e irregular.
Paso 2
Respire profundamente mientras cuenta lentamente hasta cuatro en su mente, permitiendo que su abdomen se expanda en lugar de levantar los hombros. Aguante la respiración contando hasta cuatro. Exhala contando hasta cuatro, vaciando completamente los pulmones. Repetir.
Paso 3
Repita la respiración profunda contando hasta cuatro, conteniendo hasta cuatro y vaciando los pulmones hasta contar cuatro. Concéntrese en el conteo y el ritmo de su respiración.
Etapa 4
Continúe con esta respiración lenta y rítmica e intente despejar su mente de todo menos la atención a su respiración. Después de cinco minutos, se sentirá más tranquilo y su pulso será más lento. Si siente que su pulso comienza a acelerarse nuevamente, vuelva a respirar lentamente y concéntrese en la respiración dentro y fuera.
Soplando el estrés
Paso 1
Respire profundamente mientras cuenta hasta cuatro, tome tanto aire como puedan contener sus pulmones y llene su abdomen en lugar de su pecho. Mantenga la cuenta de cuatro. Sopla todo el aire en tus pulmones por la boca en un segundo, como si trataras de volar una pelota frente a ti.
Paso 2
Inhale de nuevo, a su capacidad pulmonar completa, sostenga durante cuatro y vuelva a soplar por la boca. Siente la presión de tus costillas y músculos que ayudan a expulsar el aire.
Paso 3
Repita las respiraciones profundas y las respiraciones fuertes. Imagine que está respirando en paz y calma y exhalando estrés, miedo o ansiedad. Su cuerpo le dirá cuándo puede comenzar a respirar tranquila y lentamente nuevamente.
Propina
Dedique tiempo cada día para la meditación, el pensamiento tranquilo o la respiración profunda. Comprométete contigo mismo a crear un espacio tranquilo para tu bienestar mental. Busque asesoramiento profesional si su estrés oculta temores y problemas más profundos que afectan su vida diaria. Hable sobre sus miedos con amigos de confianza y permítales que lo ayuden si pueden.
Advertencia
No dejes que tus ataques de pánico o tus miedos te abrumen en la medida en que no puedas o no puedas pedir ayuda. Si llega a un punto crítico y está solo, hable con un amigo o vecino y pídale que llame a su consejero o médico en su nombre.