Un cambio de escenario es a menudo un descanso bienvenido. Pero para las personas con asma, pasar tiempo en un entorno de gran altitud puede causar efectos inesperados. Con una presión de aire reducida a gran altitud, el aire es más delgado y hay menos oxígeno disponible para respirar. La temperatura y la humedad del aire también tienden a ser más bajas a grandes altitudes. Estos cambios ambientales pueden afectar a las personas con asma. Cuando su sistema respiratorio se está adaptando a la altura, esto puede provocar un empeoramiento de los síntomas de asma. Sin embargo, la reducción de la humedad puede resultar beneficiosa para las personas con asma alérgica.
Sistema respiratorio y gran altitud
La altitud alta generalmente se considera 8, 000 o más pies sobre el nivel del mar. A medida que aumenta la altitud y disminuye la presión del aire, disminuye la cantidad de oxígeno disponible con cada respiración. Esto conduce a una caída en la concentración de oxígeno en el torrente sanguíneo y los tejidos. Su cuerpo responde a estos cambios de varias maneras. Casi de inmediato, aumenta la frecuencia y la profundidad de su respiración. Tu ritmo cardíaco también aumenta. También se producen otras adaptaciones menos obvias, como el aumento de la presión arterial en los pulmones. Este aumento localizado en la presión arterial puede ayudar a que sus pulmones recojan más oxígeno con cada respiración, pero puede causar problemas si es excesivo.
Agravamiento del asma a gran altitud
Los cambios en su cuerpo que ocurren a gran altitud pueden empeorar sus síntomas de asma, especialmente con el ejercicio. Los estudios científicos han demostrado que la exposición a corto plazo a gran altitud puede agravar el asma. Un estudio publicado en noviembre de 2002 en "JAMA Internal Medicine" informó que entre los viajeros que experimentaron un ataque de asma durante sus viajes, el 18 por ciento señaló la altitud como un desencadenante y 43 identificaron el senderismo. Un estudio publicado en octubre de 2013 en "Thorax" encontró que entre 18 personas con asma, la exposición a grandes altitudes y bajas temperaturas durante una expedición de escalada provocó un pequeño aumento en la obstrucción de las vías respiratorias y un aumento moderado de los síntomas de asma. Sin embargo, los investigadores concluyeron que el clima frío probablemente contribuyó más a los hallazgos que la altitud.
Asma alérgica a gran altitud
Si bien la exposición a corto plazo a gran altitud puede empeorar su asma, la exposición a largo plazo puede mejorar el asma alérgico. Esto se relaciona principalmente con la ausencia de ácaros del polvo doméstico a gran altitud. Un estudio publicado en junio de 1996 en "Thorax" encontró que después de un mes viviendo a gran altitud, 16 niños con asma alérgica experimentaron una reducción de la inflamación y la reactividad de las vías respiratorias. El aire fino a gran altitud también puede promover un mejor flujo de aire a través de las vías respiratorias, lo que hace que la respiración se sienta más fácil. Si bien esto no se ha estudiado a gran altitud, un estudio publicado en agosto de 1999 en "Chest Journal" mostró una mejoría de los síntomas en personas que experimentaron un ataque de asma grave cuando respiraron una mezcla delgada de helio y oxígeno, que es similar al aire a gran altitud.
Viajar a gran altitud con asma
Hay una variedad de precauciones que puede tomar si tiene asma y viaja a un área de gran altitud. Las pautas publicadas en el verano de 2009 en "High Altitude Medicine and Biology" recomiendan que su asma sea estable y esté bien controlada antes de la exposición a grandes altitudes. También recomiendan continuar con la terapia habitual para el asma. Debe tener acceso a medicamentos de rescate cálidos y secos, y evitar el ejercicio intenso a gran altitud. Si los síntomas ocurren a gran altura y no responde al autotratamiento inicial, las pautas recomiendan buscar atención médica de inmediato. Hable con su médico antes de viajar a gran altitud, para obtener evaluaciones y recomendaciones específicas.