El efecto del ejercicio sobre la función hepática.

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Anonim

Según la Fundación Hepatitis B, su hígado funciona de la misma manera que el motor de un automóvil. Al igual que un motor, su hígado realiza una serie de funciones que aseguran que otros procesos corporales funcionen sin problemas. Cuidar su hígado es esencial para ayudarlo a funcionar correctamente, especialmente si padece una enfermedad hepática. Un componente de una buena atención es el ejercicio regular, que puede mejorar tanto su salud general como tener un efecto positivo en la función hepática.

Su hígado realiza funciones esenciales para su supervivencia.

Tipos

Una combinación de tipos de ejercicio tiene el mayor efecto sobre la función hepática. La Dra. Melissa Palmer, autora y hepatóloga en ejercicio, recomienda un programa de ejercicios que incluya ejercicios aeróbicos como caminar afuera o en una cinta de correr, andar en bicicleta y nadar, así como ejercicios con pesas, como el entrenamiento con pesas.

Efectos

El ejercicio aeróbico se enfoca en su sistema cardiovascular y tiene un efecto en la oxigenación de la sangre. Según MayoClinic, las actividades de ejercicio aeróbico implican movimientos musculares repetitivos y grandes que aumentan su ritmo cardíaco y cambian su patrón de respiración, aumentando la cantidad de oxígeno que toma y acelerando la entrega de oxígeno a órganos vitales del cuerpo, como su hígado.

El entrenamiento con pesas mejora la fuerza general tanto en los huesos como en los músculos. Mantener la fuerza ósea y la fuerza muscular es especialmente importante para las mujeres, ya que la enfermedad hepática a menudo deja los huesos susceptibles a la osteoporosis. Además, el entrenamiento con pesas reduce la grasa corporal, aumenta la masa corporal magra y tiene un efecto sobre el metabolismo.

Beneficios

Ambos tipos de ejercicio mejoran la función hepática de varias maneras. El ejercicio aeróbico continuo fortalece el músculo cardíaco y le permite bombear sangre con menos esfuerzo. A medida que esto ocurre, su pulso se ralentiza y mejora el flujo sanguíneo, lo que facilita que su corazón lleve sangre al hígado y que su hígado envíe sangre filtrada a través de su sistema sanguíneo. El aumento de la masa muscular magra a través del peso puede retrasar el desgaste muscular severo que se hace evidente durante las etapas avanzadas de la enfermedad hepática. Además, el entrenamiento con pesas previene la acumulación de exceso de grasa corporal que puede conducir a un hígado graso y provocar una afección médica llamada esteatohepatitis no alcohólica o NASH. Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, aunque la NASH inicialmente muestra pocos síntomas, puede causar que su hígado deje de funcionar. El NIDDK informa que a medida que la obesidad se convierte en un problema mayor en Estados Unidos, NASH también se está volviendo más común.

Periodo de tiempo

Consideraciones

Es importante asegurarse de mantenerse bien hidratado mientras hace ejercicio, especialmente si tiene hepatitis B o C crónica o si está tomando el medicamento recetado interferón. Según el Dr. Palmer, aumentar la ingesta de líquidos de la recomendación típica de 64 oz. por día a 96 oz. por día es suficiente para mantener tu cuerpo y tu hígado hidratados.

¿Es esto una emergencia?

Si experimenta síntomas médicos graves, busque tratamiento de emergencia de inmediato.

El efecto del ejercicio sobre la función hepática.