Una manzana madura y jugosa contiene sustancias que pueden ayudarlo a evacuar las heces firmes con más frecuencia. La fibra contenida en una manzana puede agregar volumen al material en el intestino. Además de ayudar a las deposiciones, las manzanas proporcionan vitaminas como A y C y los minerales potasio y fósforo. Comer el corazón y la piel de la manzana agrega nutrientes adicionales y más fibra.
Fibra
La fibra dietética juega un papel clave en la salud de sus intestinos y la forma de sus heces. Una dieta baja en fibra puede resultar en heces más líquidas o sueltas. Del mismo modo, elegir bocadillos con alto contenido de grasa en lugar de una manzana podría provocar heces compactas difíciles de eliminar. Los alimentos fibrosos ayudan a unir trozos de alimentos parcialmente digeridos en el intestino delgado a medida que avanza hacia el colon. Sin embargo, al mismo tiempo, la fibra atrae agua hacia las heces para formar una masa más húmeda que pasa sin molestias.
Las manzanas
Una manzana grande contiene alrededor de 5 g de fibra, principalmente en forma de pectina. Esto le da a la manzana parte del mayor contenido de fibra de todas las frutas. Por ejemplo, un plátano grande contiene alrededor de 4 g de fibra, una naranja grande de 4 gy media taza de fresas solo 2 g de fibra. El contenido de fibra de manzana ayuda a mantener las heces regulares, firmes y húmedas. Sin embargo, asegúrese de comer la piel y la pulpa de manzana. La piel de manzana contiene alrededor de dos tercios de la fibra disponible, así como antioxidantes útiles.
Cantidades de fibra
La persona promedio debe aspirar a consumir alrededor de 20 g de fibra por día, según Georgia C. Lauritzen, PhD de la Universidad Estatal de Utah. Eso significa que cuatro manzanas grandes proporcionarían todos sus requisitos mínimos diarios de fibra, aunque es posible que no desee comer solo manzanas todos los días. Esta cantidad de fibra debería ofrecer suficiente material fibroso en el intestino para ayudar a mantener las formas de las heces.
Consideraciones
Algunas personas tienen afecciones intestinales que pueden impedirles comer alimentos ricos en fibra, como manzanas enteras. Por ejemplo, una persona que padece la enfermedad de Crohn puede descubrir que una manzana tiene un efecto negativo en sus heces. Esto podría deberse a que el revestimiento intestinal se irrita, descarga mucosidad o crea heces sueltas, o incluso diarrea. Si tiene un problema gastrointestinal, hable con su médico o nutricionista sobre si las manzanas serían una buena elección para su dieta.