El sodio tiende a captar más atención que otros electrolitos porque pierde una cantidad significativa a través de la sudoración excesiva. Pero el sodio no es el único electrolito que puede necesitar reemplazar. Es solo uno de un grupo de minerales que tienen la capacidad de transportar cargas eléctricas a través de fluidos en su cuerpo. Cuando bebes una taza de leche, obtienes cuatro electrolitos importantes: sodio, potasio, calcio y magnesio.
La primicia sobre electrolitos
Después de que se digieren, algunos minerales se disuelven en pequeñas partículas llamadas iones, que llevan una carga eléctrica. Si bien estos iones apoyan su metabolismo de varias maneras, su capacidad para conducir electricidad los hace responsables de desencadenar y mantener los impulsos nerviosos y las contracciones musculares. Su cuerpo regula estrictamente la concentración de electrolitos en su sistema para garantizar que tenga la cantidad necesaria para mantener las funciones vitales. Cuando los niveles de electrolitos son demasiado bajos o demasiado altos, pueden desarrollarse problemas médicos graves.
El calcio hace más que construir huesos
Alrededor del 99 por ciento del calcio en su cuerpo se encuentra en sus huesos y dientes. El 1 por ciento restante permanece en su sangre y en los fluidos que rodean las células, donde funciona como un electrolito. En este papel, el calcio regula la contracción y la relajación de los músculos en los vasos sanguíneos, estimula los nervios y desencadena las contracciones musculares. Estos procesos son tan esenciales que su cuerpo elimina el calcio de sus huesos cuando bajan los niveles en su sangre. Los adultos deben consumir 1, 000 miligramos de calcio al día. Una taza de leche descremada contiene 299 miligramos, o el 30 por ciento de la cantidad diaria recomendada.
El sodio y el potasio crean un equilibrio
El sodio y el potasio deben trabajar juntos para mantener funcionando los músculos y los nervios. El sodio también regula la cantidad de agua en su cuerpo. A medida que aumenta el sodio en su sistema, aumenta el volumen de agua y aumenta la presión arterial. El potasio ayuda a contrarrestar el impacto del sodio. Reduce la presión arterial al relajar los músculos en las paredes de los vasos sanguíneos. Muchos estadounidenses consumen demasiado sodio y muy poco potasio, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, según un estudio citado en la edición de septiembre de 2012 del "American Journal of Clinical Nutrition". Una taza de leche descremada proporciona el 7 por ciento de la ingesta diaria recomendada de sodio y el 8 por ciento de la ingesta adecuada de potasio.
El magnesio apoya tu corazón
El magnesio relaja los músculos del corazón y los vasos sanguíneos, lo que a su vez regula los latidos del corazón y ayuda a reducir la presión arterial. Investigadores de la Escuela de Salud Pública de Harvard revisaron estudios existentes y descubrieron que niveles más altos de magnesio en el torrente sanguíneo reducían el riesgo de enfermedad cardiovascular. Hasta qué punto el magnesio podría usarse para prevenir la enfermedad cardíaca requiere más investigación, según su estudio, publicado en la edición de julio de 2013 del "American Journal of Clinical Nutrition". Una porción de 1 taza de leche descremada contiene 27 miligramos de magnesio. La cantidad diaria recomendada para las mujeres es de 320 miligramos, mientras que los hombres necesitan 420 miligramos.