¿Tienes dolor de cabeza por beber agua? Esto puede ser una sorpresa, pero puede estar sobrehidratado. Beber demasiada agua puede provocar migrañas, calambres, fatiga y desequilibrios electrolíticos, entre otros síntomas.
Propina
Una alta ingesta de agua puede diluir el sodio en el cuerpo y provocar hiponatremia. Este trastorno electrolítico es a menudo el culpable de los dolores de cabeza, la confusión, la fatiga y la irritabilidad.
Deshidratación, sobrehidratación y dolores de cabeza
Hasta hace poco, los expertos en salud recomendaban beber al menos ocho tazas de agua por día. Todavía hay mucho debate sobre cuánto líquido se necesita diariamente para una salud óptima.
La Clínica Mayo, por ejemplo, afirma que la ingesta de agua depende de la edad, el nivel de actividad, la salud general, el clima y otros factores. Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, por otro lado, recomiendan el consumo de 11 tazas y media de líquidos por día para las mujeres y 15 tazas y media para los hombres. Las frutas, verduras, sopas y otros alimentos ricos en agua cuentan para su ingesta diaria de líquidos. Harvard Health Publishing afirma que las personas sanas pueden beber de cuatro a seis tazas de agua al día.
Una cosa es segura: beber demasiada agua puede ser tan dañino como beber muy poco. Tanto la deshidratación como la sobrehidratación pueden provocar dolores de cabeza y afectar su salud general.
Una baja ingesta de líquidos, vómitos, diarrea y ejercicio intenso pueden contribuir a la deshidratación. Sus síntomas incluyen letargo, mareos, sed, sequedad de boca y cambios de humor. Los dolores de cabeza también son un signo de deshidratación, según Harvard Health Publishing.
Beber demasiada agua tampoco es mejor, ya que puede provocar hiponatremia, un trastorno electrolítico común que se caracteriza por niveles bajos de sodio en el torrente sanguíneo. Esta condición puede causar cambios en el estado mental, así como calambres musculares, dolores de cabeza e incluso la muerte.
Dolor de cabeza por el agua potable
Si tiene dolor de cabeza por beber agua, la hiponatremia puede ser el culpable. Los niveles excesivos de agua en el cuerpo pueden diluir el sodio en la sangre, lo que lleva a desequilibrios electrolíticos. Al mismo tiempo, sus células comienzan a hincharse, señala la Clínica Mayo. Estas reacciones bioquímicas pueden causar varios síntomas que varían de leves a severos:
- Fatiga y poca energía.
- Calambres musculares y espasmos
- Dolores de cabeza
- Irritabilidad
- Confusión
- Convulsiones
Hay dos tipos principales de hiponatremia, según un informe de noviembre a diciembre de 2014 publicado en el Indian Journal of Endocrinology and Metabolism .
La forma aguda, que causa la acumulación de líquido en el cerebro, ocurre en 48 horas o menos, causando convulsiones y alteración del estado mental. Si no se aborda, puede provocar coma y la muerte. Los usuarios de drogas ilícitas, los corredores de maratón y las personas con polidipsia psicógena (primaria), una condición que causa sed excesiva, tienen un mayor riesgo de desarrollar este trastorno.
La hiponatremia crónica tiene síntomas menos graves que tardan más en activarse. Puede causar náuseas y vómitos, falta de apetito, molestias digestivas y trastornos de la marcha en los ancianos.
¿Qué puedes hacer al respecto?
Lo mejor que puede hacer para evitar un dolor de cabeza por beber agua es controlar su ingesta de líquidos, especialmente durante el ejercicio intenso. Los atletas de resistencia, por ejemplo, tienen un mayor riesgo de hiponatremia, advierte la Clínica Mayo. El ejercicio intenso agota los electrolitos y aumenta la sed, lo que hace que bebas más agua de lo habitual. Una alta ingesta de líquidos afectará aún más sus niveles de sodio y alterará el equilibrio de electrolitos.
True Sport, una organización respaldada por la Agencia Antidopaje de EE. UU., Recomienda que los atletas beban al menos una onza de agua por libra de peso corporal por día y ajusten esa cantidad según los niveles de actividad y la temperatura exterior.
Idealmente, debe beber aproximadamente 16 onzas de líquido dos horas antes del ejercicio y otras 8 a 16 justo antes del entrenamiento. Consume de cuatro a seis onzas de agua cada 15 a 20 minutos durante el ejercicio intenso. Una vez que haya terminado de entrenar, pésese y beba entre 16 y 24 onzas por cada libra perdida.
Escucha a tu cuerpo en los días sin entrenamiento. Beba agua cada pocas horas, pero no se vaya por la borda. Si siempre tiene sed, consulte a un médico. La sed excesiva puede indicar una afección subyacente, como diabetes o polidipsia.