¿Por qué anhelas la comida cuando no tienes hambre?

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Anonim

Hacer dieta es bastante difícil, pero cuando ha hecho el esfuerzo de cambiar sus hábitos alimenticios solo para experimentar ansias poderosas, puede parecer especialmente cruel. Desafortunadamente, muchos aspectos de la dieta son las cosas que pueden conducir a los antojos, pero otros son problemas emocionales o de estilo de vida que se pueden superar con la práctica. Aprenda a hacer que su alimentación saludable sea un estilo de vida en lugar de algo temporal, y manténgase ocupado con actividades no alimentarias cuando se sienta más vulnerable. Pronto desarrollará la fuerza para reconocer el deseo, y luego lo enviará en su camino.

Restricción dietética

Si su dieta es limitada por algún motivo, es posible que anhele los alimentos prohibidos. Ya sea que esté reduciendo calorías, reduciendo carbohidratos o limitando grasas, su cuerpo y cerebro están acostumbrados a esos nutrientes. Cuando desaparecen repentinamente, puede sentirse insatisfecho incluso si su barriga está llena. Esto ocurre con mayor frecuencia al comienzo de una dieta restringida, por ejemplo, la primera vez que reemplaza su cena de carne y papas con una ensalada de pollo a la parrilla. Su ensalada lo llenó, pero le faltaba la grasa, el almidón y las calorías de su comida normal. Su cuerpo piensa que algo está mal porque no recibió su dosis habitual de estos nutrientes, por lo que a pesar de que su estómago está lleno, su cerebro todavía quiere experimentar la comida a la que está acostumbrado. Esto es común especialmente en las dietas bajas en grasa porque la grasa es un desencadenante principal de la hormona que le dice a tu cerebro que has comido lo suficiente. Cuando su barriga está llena de lechuga y pechuga de pollo, esa hormona puede desactivarse. También existe la reacción psicológica común de querer lo que no puedes tener.

Comer emocional

Muchas personas tienden a automedicarse con alimentos. Es posible que te dirijas al refrigerador después de un mal día, durante una situación estresante o incluso cuando no tienes nada mejor que hacer. La comida te distrae, te permite experimentar un momento de felicidad e incluso puede traer recuerdos reconfortantes. Dependiendo de lo que coma, la comida también puede funcionar a nivel químico para que se sienta mejor temporalmente. El chocolate, por ejemplo, hace que su cerebro libere serotonina y dopamina, lo que crea sensaciones de bienestar. En otras palabras, su cerebro reacciona al chocolate de la misma manera que reacciona a los narcóticos. No importa si acaba de comer una comida completa: los comedores emocionales recurren a la comida para la felicidad.

Influencia

Hay ciertas cosas en tu vida que te hacen desear comida. La televisión está plagada de alimentos, creados específicamente para hacerte desear esa hamburguesa con queso. Las situaciones sociales también pueden hacer que surjan los antojos: si generalmente comes alimentos poco saludables cuando sales con tus amigos, tu cerebro asocia esa situación con ciertos alimentos. Cuando pasas el rato pero te abstienes de la comida, tu mente piensa que la experiencia está incompleta porque falta la comida. Esta asociación también se aplica a las rutinas alimentarias. Si mantiene una bolsa de chips a su lado cuando trabaja en su computadora, su mente rápidamente aprende a asociar chips con la computadora. Te encontrarás anhelando cada vez que te sientes a trabajar.

Sustituciones

Las sustituciones de alimentos no siempre son efectivas, y en realidad pueden aumentar el ansia por la comida que se sustituye. Si bebe un batido de proteínas bajo en grasa cuando anhela un helado, su deseo de helado probablemente no desaparecerá. Su cuerpo quiere la grasa, y el batido bajo en grasa no lo engaña. Lo mismo ocurre con las sustituciones de azúcar: cuando anhelas algo dulce, comer alimentos endulzados con aspartamo o sucralosa no funciona porque estos sustitutos no afectan el azúcar en la sangre. Tu cerebro lo sabe, por lo que cree que no has comido lo suficiente, lo que te deja con ganas de más comida.

¿Por qué anhelas la comida cuando no tienes hambre?