La vitamina B12 es una vitamina soluble en agua que forma parte del complejo B responsable del metabolismo energético, la formación de glóbulos rojos y el funcionamiento neurológico. La vitamina D es una vitamina liposoluble que es mejor conocida por tener una relación interdependiente con el calcio para ayudar en su absorción para la construcción y el mantenimiento de huesos y dientes fuertes. La vitamina D también está relacionada con la mejora de la inmunidad y la disminución de la inflamación. Es posible volverse deficiente en una o ambas de estas vitaminas.
Deficiencia de vitamina B12
La vitamina B12 es una vitamina soluble en agua, lo que significa que necesitamos consumir esta vitamina diariamente a partir de alimentos y suplementos. Cuando se toma en exceso, se excreta diariamente en la orina. Algunas personas, especialmente los adultos mayores, aquellos con anemia perniciosa y aquellos con niveles reducidos de acidez estomacal o trastornos intestinales, tienen dificultades para absorber la vitamina B12 y, como resultado, la deficiencia de vitamina B12 es común, afectando entre el 1.5 por ciento y el 15 por ciento del población general, según Medline Plus. Los signos y síntomas de deficiencia incluyen fatiga, debilidad, estreñimiento, pérdida de peso y cambios neurológicos. Los grupos en riesgo de deficiencia de B12 incluyen vegetarianos, aquellos con anemia perniciosa, mujeres embarazadas y lactantes y aquellos que han tenido cirugía gastrointestinal, incluido el bypass gástrico.
Deficiencia de vitamina D
La vitamina D es una vitamina liposoluble, lo que significa que el cuerpo almacena cualquier exceso en su tejido graso e hígado. Podemos obtener vitamina D de fuentes dietéticas y sintetizarla a partir de la luz solar directa. Una deficiencia de vitamina D puede ocurrir cuando la ingesta es inferior a los niveles recomendados con el tiempo, la exposición a la luz solar es limitada, los riñones no pueden convertir la vitamina D en su forma activa o la absorción de vitamina D del tracto digestivo es inadecuada, según los Institutos Nacionales de Salud. Los síntomas de una deficiencia de vitamina D pueden incluir pérdida ósea y debilidad muscular. La pérdida ósea puede provocar osteopenia y osteoporosis con el tiempo, lo que puede aumentar el riesgo de fracturas.
Pruebas de laboratorio y diagnóstico
Las deficiencias de vitaminas se pueden diagnosticar mediante análisis de sangre y evaluación. Los pacientes que experimentan signos y síntomas de una deficiencia deben consultar a su proveedor de atención médica, quien les proporcionará las pruebas adecuadas. El tratamiento de una deficiencia de vitamina B12 y D incluye tomar tales vitaminas, generalmente en una dosis más alta durante un período de tiempo y luego repetir el análisis de sangre para evaluar si los niveles han alcanzado un rango terapéutico. A veces, las deficiencias de vitamina B12 pueden necesitar ser tratadas con inyecciones intramusculares de vitamina B12.
