En un intento por ser más saludables y perder peso, muchas personas que hacen dieta intentan limitar su consumo de grasas. Si bien esto puede ser ventajoso, necesita algo de grasa en su dieta. El aceite de coco y el ghee son fuentes de grasa que tradicionalmente no se consideran saludables, pero pueden ofrecer algunos beneficios.
Batalla calórica
Como tipos de grasa, tanto el aceite de coco como el ghee son densos en calorías: la grasa tiene 9 calorías por gramo. Una cucharada de manteca contiene alrededor de 112 calorías y 12, 7 gramos de grasa, de los cuales 7, 9 gramos están saturados. Una cucharada de aceite de coco tiene 117 calorías y 13, 6 gramos de grasa, 11, 8 de ellas saturadas. Si bien esto le da a ghee una ligera ventaja, no es suficiente para marcar una diferencia sustancial en su dieta en general.
Beneficios específicos del aceite de coco
Las grasas en el aceite de coco son principalmente grasas saturadas, pero son de un tipo diferente, conocido como triglicéridos de cadena media. Estos pueden elevar sus niveles de colesterol bueno y no se digieren de la misma manera que otras grasas, lo que significa que son una buena fuente de energía. Además, el aceite de coco tiene un alto punto de humo, lo que lo hace útil cuando se cocina a fuego alto.
Beneficios específicos de Ghee
Uno de los mayores beneficios del ghee es su perfil nutricional. Es rico en vitaminas A y E, y las grasas saturadas de ghee son más fáciles de descomponer que las grasas saturadas en la carne, señala la dietista Sanjana Shenoy. Una porción de ghee contiene 1, 418 unidades internacionales de vitamina A y 1.3 miligramos de vitamina E, o 28 por ciento y 7 por ciento de su ingesta diaria recomendada, respectivamente. Al igual que el aceite de coco, el ghee tiene un alto punto de humo, por lo que es mejor usarlo para cocinar.
Enfrentarse
A pesar de algunas pequeñas diferencias, el aceite de coco y el ghee son relativamente similares, especialmente en términos de contenido de grasa y calorías, incluso si el ghee es ligeramente más bajo. Pueden tener beneficios potenciales para la salud, pero no se han estudiado lo suficiente como para justificar recomendaciones sólidas sobre el consumo de más. El consenso general es limitar la ingesta de grasas saturadas, por lo que tanto el aceite de coco como el ghee se deben consumir con moderación.