Los probióticos son un tipo de suplemento dietético que consiste en bacterias vivas. Las bacterias viven naturalmente en nuestros intestinos y ayudan a promover la salud al destruir la levadura y las bacterias dañinas que ingresan a nuestros cuerpos. Cuando se eliminan estas buenas bacterias, pueden ocurrir enfermedades y otros problemas. Los probióticos se pueden comprar en forma de cápsulas y líquidos en alimentos naturales y tiendas naturales. Consulte con su médico o proveedor de atención médica antes de agregar probióticos a su régimen diario de suplementos.
Paso 1
Controle los signos y síntomas de un virus estomacal u otra disfunción intestinal. Estos síntomas incluyen diarrea, náuseas y vómitos. Según el Dr. Bousvaros del Hospital de Niños de Boston, se ha demostrado que los probióticos acortan la duración de la diarrea asociada con el rotavirus en los bebés. Estos síntomas pueden ser causados por un desequilibrio de bacterias beneficiosas en los intestinos que puede revertirse al tomar probióticos.
Paso 2
Discuta la necesidad de probióticos con su médico si le recetan un tratamiento con antibióticos. Los antibióticos son útiles para eliminar las bacterias que causan enfermedades. Desafortunadamente, no son selectivos y matan las bacterias beneficiosas en los intestinos también. Reponer estas bacterias puede ayudar a prevenir las molestias estomacales y la diarrea.
Paso 3
Considere tomar probióticos si le diagnostican síndrome del intestino irritable, cáncer de vejiga, infecciones del tracto urinario o eccema. Según el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa, los probióticos pueden ser beneficiosos para mejorar y controlar estas afecciones. Las personas diagnosticadas con estas afecciones deben hablar sobre los probióticos con su médico antes de comenzar el tratamiento.
Etapa 4
Observe los signos de una infección por hongos que puede ocurrir vaginalmente o en los pezones para las mujeres que amamantan. Las infecciones vaginales por hongos causan picazón y tienen una secreción parecida al requesón. La levadura en los pezones causará enrojecimiento y dolor durante la lactancia. Los bebés y los niños pequeños pueden mostrar levadura como manchas blancas en la boca conocidas como aftas. Cuando los niveles de bacterias buenas en los intestinos disminuyen, se permite que la levadura crezca sin control.