Los mejillones verdes de Nueva Zelanda brillan como joyas regordetas en una caja decorativa. Las conchas verdes iridiscentes albergan la gran crema o carne de color coral que los entusiastas elogian por su delicado sabor. Los mejillones son bajos en grasas y calorías, y son buenas fuentes de calcio y vitamina B-12. Cultivado en cuerdas suspendidas en el océano, el cultivo de mejillón de Nueva Zelanda no afecta negativamente el fondo del océano como lo hacen algunas otras formas de acuicultura. Los informes de extracto de mejillón verde que tienen efectos beneficiosos sobre el asma y la artritis permanecen sin probar a partir de 2011.
Paso 1
Retire los mejillones almacenados del refrigerador y enjuáguelos con agua fría. Frota los mejillones con un cepillo rígido y arranca cualquier cuenta o material que se adhiera al caparazón. Toque cualquier molusco ligeramente abierto y asegúrese de que cierre herméticamente en reacción. Deseche los mejillones que permanezcan abiertos.
Paso 2
Saltee unos chalotes finamente picados o cebolla con aceite de oliva en una sartén resistente. Pelar, aplastar y picar finamente el ajo y agregarlo a la mezcla después de que se haya ablandado y se haya vuelto translúcido. Condimentar con sal y pimienta.
Paso 3
Agregue un poco de vino blanco a la sartén y permita que el líquido hierva un poco del alcohol. Agregue los mejillones a la mezcla burbujeante y cubra con una tapa. Agite la sartén de un lado a otro para distribuir los mejillones en la sartén y cocínelos hasta que las conchas se abran por completo, lo que generalmente demora de 5 a 7 minutos.
Etapa 4
Sirva los mejillones en sus conchas, o retírelos y sirva por separado en la salsa para cocinar.
Cosas que necesitarás
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Sartén resistente con tapa
Aceite de cocina
Cebollas
chalotes
Vino
Ajo
Propina
Crea diferentes gustos variando el líquido y las grasas para cocinar. Use mantequilla, Pernod y crema para un sabor francés clásico, o chiles, jengibre y hierba de limón para un toque asiático. Los mejillones funcionan bien en sopas siempre que no los cocines demasiado. Como en cualquier cocina de mariscos, la cocción excesiva convierte los mejillones en correosos y resistentes.
Advertencia
Los mejillones, como todos los demás moluscos, son muy perecederos. Manténgalos refrigerados en todo momento y nunca los selle en una bolsa de plástico ni los sumerja en agua, ya que esto puede matarlos. Debes mantenerlos vivos hasta que los cocines o se echarán a perder.