La espelta, un cereal antiguo, es primo lejano del trigo. Tiene un sabor a nuez, ligeramente dulce. Use harina de espelta como sustituto del trigo o la harina blanca al hornear pan. Debido a que la harina de espelta contiene gluten, es menos probable que comprometa la textura de los productos horneados. En comparación con la harina de trigo, la harina de espelta es más rica en muchos nutrientes, como proteínas y minerales.
Alto en niacina
La harina de espelta proporciona aproximadamente 5, 5 mg de niacina o vitamina B3 por porción de 100 g, un 5 por ciento más de niacina que la harina de trigo duro de invierno, según un artículo publicado en 2008 en la revista "Acta Scientiarum Polonorum". El valor diario recomendado para la niacina es de 20 mg. Una porción de 100 g de harina de espelta cumple con el 27.5 por ciento del valor diario de este nutriente. Al igual que otras vitaminas B, la niacina ayuda al metabolismo energético. También tiene funciones adicionales en el cuerpo humano, como ayudar a producir hormonas sexuales y de estrés en las glándulas suprarrenales. La niacina también es necesaria para mejorar la circulación y reducir los niveles de colesterol en la sangre.
Rico en minerales
Según un artículo publicado en el "Journal of Agricultural and Food Chemistry" en marzo de 2005, cuando los investigadores analizaron y compararon nueve muestras de espelta sin cáscara con cinco muestras de trigo blando de invierno, descubrieron que la espelta ofrecía una mayor cantidad de ciertos minerales, como cobre, hierro, zinc, magnesio y fósforo. Estos minerales son naturalmente altos en el salvado del grano de espelta. El cuerpo humano necesita estos micronutrientes para realizar una variedad de funciones y para respaldar los sistemas nervioso, cardiovascular, esquelético e inmunitario saludables.
Otros beneficios
La harina de espelta tiene una alta solubilidad en agua, lo que hace que sea más fácil de digerir para aquellos con intolerancia al trigo. La harina de espelta y la espelta entera ofrecen más fibra soluble que las harinas de trigo estándar y dura, según un artículo publicado en "Food Chemistry" en marzo de 2000. La fibra soluble es particularmente beneficiosa para reducir el colesterol en la sangre y regular los niveles de azúcar en la sangre.