El sistema respiratorio, que consta de una serie de partes del cuerpo, incluidos los pulmones, el diafragma y la cavidad nasal, es responsable del transporte de oxígeno y dióxido de carbono hacia y desde los músculos y tejidos. Durante el ejercicio, el sistema respiratorio aumenta para satisfacer las demandas de los músculos que trabajan. El sistema respiratorio también utiliza el sistema cardiovascular (corazón, sangre y vasos sanguíneos) para transportar oxígeno y dióxido de carbono.
Ritmo cardiaco
Durante el ejercicio, su glándula suprarrenal aumenta la producción de adrenalina y noradrenalina que afectan directamente al corazón y la capacidad de transportar oxígeno y dióxido de carbono por todo el cuerpo. Las hormonas luego influyen directamente en los nervios simpáticos para estimular al corazón a latir más fuerte para aumentar el volumen sistólico y más rápido para aumentar la frecuencia cardíaca y un aumento general del gasto cardíaco.
Transporte de oxígeno
Para satisfacer las crecientes demandas de oxígeno de los músculos que trabajan, se debe transportar oxígeno adicional a través de los vasos sanguíneos. Durante el ejercicio, el nervio simpático estimula las venas para contraerse y devolver más sangre al corazón. Esta sangre transporta dióxido de carbono de los músculos y puede aumentar el volumen total del accidente cerebrovascular del corazón en un 30 a 40 por ciento.
La frecuencia respiratoria
Con una mayor cantidad de transporte de oxígeno y dióxido de carbono, su frecuencia respiratoria (frecuencia respiratoria) también aumenta. Este aumento también está influenciado por los nervios simpáticos que estimulan los músculos respiratorios para aumentar la frecuencia respiratoria. En reposo, su frecuencia respiratoria es de aproximadamente 14 por minuto, pero puede aumentar a 32 por minuto durante el ejercicio. El aumento de la frecuencia respiratoria permite que llegue más oxígeno a los pulmones y que la sangre llegue a los músculos.
Respuesta a largo plazo
Una respuesta del sistema respiratorio a largo plazo al ejercicio implica varias adaptaciones fisiológicas. Estas adaptaciones finalmente resultan en un aumento en la eficiencia general del sistema respiratorio para reunir, transportar y entregar oxígeno a los músculos que trabajan. La función respiratoria a largo plazo se mide comúnmente con una prueba de VO2 máx. Que calcula la capacidad de su cuerpo para el consumo de oxígeno durante el ejercicio máximo. A través del ejercicio y el entrenamiento, mejora la efectividad del sistema respiratorio y el VO2 máx.