Omega-3 es un ácido graso esencial que promueve la salud cardiovascular. Los niveles altos de colesterol malo (lipoproteínas de baja densidad y triglicéridos) y los niveles bajos de colesterol bueno de lipoproteínas de alta densidad pueden provocar enfermedades cardiovasculares. Omega-3 puede ayudar a reducir el contenido de sangre del colesterol malo y elevar el colesterol bueno. Más recientemente, el omega-3 ha recibido atención por sus posibles efectos positivos sobre los trastornos del estado de ánimo, como la depresión mayor, el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico y el trastorno bipolar.
Ácidos Grasos Omega-3
Omega-3 se encuentra en grandes cantidades en salmón, atún, sardinas, caza silvestre y nueces. La grasa es "esencial" porque debe suministrarse a través de los alimentos, ya que el cuerpo no puede sintetizarla. El otro ácido graso esencial es el omega-6, que se encuentra en el maíz, los productos lácteos y el aceite de soya. Omega-3 y omega-6 tienen funciones complementarias. Omega-3 disminuye la inflamación y es un componente importante de las membranas celulares y las sinapsis nerviosas. Omega-6 aumenta la inflamación cuando hay invasores extraños en el cuerpo.
Omega-3 y depresión
Como se informó en Science Daily, un estudio realizado en 2001 en Finlandia mostró que el consumo poco frecuente de pescado y la depresión se correlacionaron significativamente. Un estudio holandés publicado en 2003 mostró que las personas que estaban deprimidas y aquellas sin depresión tenían una ingesta significativamente diferente de ácidos grasos omega-3. En un estudio más reciente publicado en la edición de junio de 2010 de "Journal of Clinical Psychiatry", se encontró que los suplementos de omega-3 eran tan eficientes como los medicamentos antidepresivos convencionales en el tratamiento de la depresión mayor.
La serotonina en la ansiedad y la depresión
Según Joseph R. Hibbeln, del Instituto Nacional sobre Abuso de Alcohol y Alcoholismo, el omega-3 puede afectar la funcionalidad del neurotransmisor serotonina, que desempeña un papel fundamental tanto en la depresión como en la ansiedad. La depresión y la ansiedad tienen perfiles químicos similares. Ambos trastornos se caracterizan por bajos niveles cerebrales de serotonina. Los fármacos antidepresivos más utilizados, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS, funcionan disminuyendo la velocidad con la que la serotonina fuera de las neuronas se descompone y se reabsorbe en las células. Estos medicamentos también se recetan comúnmente para los trastornos de ansiedad. Si los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a prevenir la depresión al aumentar la funcionalidad de la serotonina, también pueden ayudar a prevenir la ansiedad.
Función sináptica
El estudio de 2011 sobre la falta de omega-3 en la dieta sugiere que puede ayudar a prevenir los trastornos del estado de ánimo. Omega-3 es esencial para la función óptima de dos regiones cerebrales involucradas en la motivación y la regulación emocional: la corteza prefrontal y el núcleo accumbens. Como la falta de motivación es más significativa en la depresión que en la ansiedad, sugiere que el omega-3 puede tener un mayor efecto positivo sobre la depresión que la ansiedad.