Encontrar pequeñas protuberancias rojas en la parte inferior del pie puede ser alarmante. Sin embargo, generalmente la causa de estas protuberancias es una afección benigna y tratable conocida como pie de atleta. El tratamiento consiste en medidas no farmacológicas y farmacológicas y es relativamente simple. Sin embargo, debe asegurarse de tratar el pie de su atleta adecuadamente para disminuir las posibilidades de que continúe recurriendo más adelante en la vida.
Causas
Si bien la causa más común de pequeñas protuberancias rojas en la parte inferior del pie es una infección micótica conocida como tinea pedis o pie de atleta, según Moise Levy y John Browning en "Principios y práctica de enfermedades infecciosas pediátricas de Long", varias otras enfermedades puede presentarse de manera similar. Estos incluyen dermatitis de contacto, dermatitis atópica, que se asocia con asma, infección bacteriana y psoriasis.
Sobre el pie de atleta
Según Levy y Browning, el pie de atleta es más común en adolescentes y adultos y es más probable que ocurra en pies húmedos, en lugar de secos. Según lo detallado por Timothy Berger en "Diagnóstico y tratamiento médico actual", otros síntomas del pie de atleta incluyen la formación de piel escamosa y con picazón en los pies, particularmente en el área entre los dedos de los pies.
Diagnóstico
El diagnóstico se confirma con un raspado de las áreas potencialmente infectadas en el pie. La piel obtenida del raspado se coloca sobre un portaobjetos de microscopio y se le aplica hidróxido de potasio. El hidróxido de potasio hace que todo menos los hongos se disuelvan, de modo que si hay hongos en la muestra, son lo único visible cuando se examina el portaobjetos con un microscopio.
Tratamiento
Según Fred Ferri, en su "Asesor clínico de Ferri", el tratamiento del pie de atleta es doble. Primero, debe asegurarse de mantener el pie limpio y seco, ya que los pies sucios y húmedos son un terreno fértil para el crecimiento de hongos. En segundo lugar, debe aplicar una preparación tópica de esteroides en las áreas afectadas de su pie durante dos a cuatro semanas.
Prevención
La prevención se realiza principalmente mediante la higiene adecuada del pie. Los pies deben secarse completamente cada vez que estén mojados. Los calcetines deben cambiarse si se mojan. Se pueden aplicar polvos de secar en el pie si no puede mantenerlos secos solo con toallas. Desafortunadamente, a pesar de la atención preventiva adecuada, la mayoría de las personas con pie de atleta continuarán experimentando recurrencias durante toda su vida. Afortunadamente, con el tratamiento adecuado, estas repeticiones se manejan fácilmente.