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Anonim

Su sistema respiratorio controla su respiración y comienza cuando aspira aire por la nariz o la boca. El aire viaja a través de la tráquea hasta los dos pulmones, donde pequeños sacos de aire capturan oxígeno y lo distribuyen en el torrente sanguíneo a través de pequeños vasos sanguíneos llamados capilares. Su diafragma es el músculo que controla la respiración y se contrae cuando inhala. Su diafragma luego se relaja, colapsa su pecho y expulsa dióxido de carbono cuando exhala.

Un grupo de jóvenes en una clase de aeróbicos. Crédito: XiXinXing / XiXinXing / Getty Images

Alvéolos

Los capilares rodean pequeños sacos de aire, llamados alvéolos, dentro de los pulmones que capturan el oxígeno que inhala. Sus pulmones se adaptan al ejercicio regular activando más alvéolos. Más alvéolos pueden suministrar más oxígeno a los músculos y tejidos activos en todo el cuerpo. La neumonía ocurre cuando los fluidos en el pulmón evitan que los alvéolos intercambien gases. Tener más alvéolos puede suprimir los efectos de la neumonía al reducir la proporción de alvéolos que se ven afectados por esta enfermedad. El enfisema ocurre cuando las paredes alveolares se rompen y reducen gradualmente el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en los pulmones. Los ejercicios regulares pueden ayudar a retrasar la progresión del enfisema al aumentar el número de alvéolos que intercambian gases.

Moco

El ejercicio expone sus pulmones a fuertes corrientes de aire. El ejercicio aeróbico en particular expone sus pulmones a fuertes y constantes corrientes de aire. Esta actividad ayuda a eliminar la mucosidad en los pulmones. La acumulación de moco puede disminuir la capacidad pulmonar y provocar infecciones bacterianas. Según un artículo publicado en 1997 en el "European Respiratory Journal" por Wong Don Kim de la Universidad de Ulsan, el exceso de moco en los pulmones se asocia con una mayor mortalidad, puede obstruir el flujo de aire y aumentar el riesgo de infecciones. El ejercicio regular puede ayudar a compensar estas afecciones al evitar que se acumule mucosidad en los pulmones.

Capilares

Los capilares son los vasos sanguíneos más pequeños de su cuerpo. El oxígeno se filtra de las paredes capilares delgadas a medida que el dióxido de carbono se filtra durante la respiración. El ejercicio estimula la vasodilatación, que aumenta el diámetro de los vasos sanguíneos del cuerpo, incluidos los capilares. Su cuerpo se adapta al ejercicio a largo plazo al aumentar el tamaño y la cantidad de capilares, incluidos los capilares alveolares. Esta adaptación hace que el intercambio de dióxido de carbono y oxígeno sea más eficiente.

Músculos

Los músculos esqueléticos que controlan la respiración incluyen el diafragma y los intercostales. Su diafragma es una banda ancha de músculos que se encuentra debajo de los pulmones y forma la base de una región conocida como la cavidad torácica al unirse a las partes inferiores de las costillas, el esternón y la columna vertebral. Los intercostales forman el tejido muscular entre las costillas individuales. El efecto a largo plazo del ejercicio es desarrollar la resistencia de estos músculos respiratorios, permitiendo respiraciones más profundas, más completas y más eficientes.

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