Su cuerpo requiere variedad y cantidades específicas de nutrientes para funcionar correctamente y realizar las actividades de la vida diaria. Si su cuerpo no obtiene esos nutrientes, lo cual es común cuando se come una dieta desequilibrada, puede desarrollar problemas de salud. Un enfoque de sentido común, que incluye comer de una variedad de grupos de alimentos y mantener un control adecuado de las porciones, puede ayudar a evitar cualquier problema potencial, así como a mantenerte saludable y vibrante en el proceso.
Ganando peso
Simplemente consumir más alimentos de los que su cuerpo necesita es la causa principal del aumento de peso, pero comer demasiados alimentos con alto contenido de grasa y azúcar también es un factor que contribuye. Su cuerpo requiere una cierta cantidad de azúcar para funcionar, pero el exceso de azúcar, denominado glucosa en su forma básica en el cuerpo, se almacena como grasa. El exceso de grasa, un problema común con la comida rápida, no solo hace que aumente de peso, sino que puede tensar su cuerpo y provocar enfermedades. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, casi el 36 por ciento de los adultos en los Estados Unidos son obesos.
Alimentación inadecuada
Su cuerpo necesita una cierta cantidad de calorías, la unidad de energía básica del cuerpo, para funcionar. Casi todos los alimentos tienen al menos algunas calorías, pero no todos los alimentos tienen los nutrientes adecuados que su cuerpo necesita. Los bocadillos azucarados, por ejemplo, a menudo son altos en calorías, pero son "calorías vacías", lo que significa que no tienen ninguno, o muy poco, de los nutrientes importantes, como vitaminas y minerales, que necesita. No obtener suficientes nutrientes puede provocar desnutrición. Los síntomas leves de desnutrición incluyen mareos, fatiga y pérdida de peso. En casos severos, pueden ocurrir síntomas como pérdida de cabello, desmayos y falta de menstruación.
Estados de enfermedad
Recomendaciones basicas
Una dieta de sentido común es el mejor enfoque, según la Harvard School of Public Health. Esto incluye una dieta que se basa principalmente en plantas, con muchas frutas y verduras. También se recomiendan los granos enteros y las carnes bajas en grasas saturadas. Con respecto a las grasas, las grasas saludables, como el aceite de oliva y canola y las nueces y pescado graso, son las mejores; evite los alimentos que contienen grasas trans o grasas en exceso. Evite o limite los refrigerios azucarados y salados, y mantenga un control adecuado de las porciones. También puede ayudar consultar a un profesional de la salud calificado para una dieta más específica para sus necesidades.