La omnipresencia del aumento de peso que hace que las personas tengan sobrepeso u obesidad es una preocupación médica importante. Más de un tercio de los adultos en los Estados Unidos eran obesos en 2011-2012, según un informe de febrero de 2014 en "JAMA". Tener sobrepeso u obesidad predispone a las personas a una serie de complicaciones médicas, una de las más graves es la diabetes tipo 2. Entre otras cosas, el aumento de peso sustancial puede conducir a la resistencia a la insulina, una condición en la cual su cuerpo no responde normalmente a la insulina de la hormona reductora del azúcar en la sangre. La resistencia a la insulina puede aumentar su riesgo de desarrollar prediabetes y, en última instancia, diabetes tipo 2 (DM2).
Exceso de Calorías
El aumento de peso ocurre debido al consumo excesivo de calorías. Su cuerpo requiere un cierto número de calorías diarias para alimentar sus múltiples funciones. Cuando excede esta cantidad, su cuerpo almacena la ingesta adicional como grasa. Si bien puede notar un exceso de grasa corporal en lugares no deseados, como la cara o las caderas, se almacena en muchos sitios del cuerpo. Como se informó en un artículo de "Clínicas de endocrinología y metabolismo de América del Norte" de diciembre de 2008, cuando su cuerpo almacena grasa en los músculos y el hígado, aumenta sustancialmente el riesgo de resistencia a la insulina. Con esta afección, los tejidos corporales responden lentamente a la insulina, lo que lleva a un nivel alto de azúcar en la sangre. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las personas que consumen un exceso de calorías desarrollan resistencia a la insulina. Pero las personas con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo.
Grasa dietetica
Se cree que el tipo de grasa en los alimentos que consume es extremadamente importante para influir en la probabilidad de desarrollo de diabetes. La grasa en sí no es mala, con moderación. Pero la cantidad y el tipo de grasa que consume habitualmente puede ponerlo en riesgo de aumento de peso y diabetes. Una dieta alta en grasas saturadas, principalmente de alimentos de origen animal, aumenta la probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina. La sustitución de las grasas saturadas con grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, principalmente de aceites vegetales, nueces y semillas, mejora la sensibilidad a la insulina, sugiere un informe de agosto de 2004 de "Clinical Nutrition". Sin embargo, este efecto se observa solo si la grasa dietética total no es excesiva. Debido a que la resistencia a la insulina contribuye directamente al alto nivel de azúcar en la sangre, la cantidad y los tipos de grasa que consume juegan un papel en la determinación de los niveles de azúcar en la sangre.
Síndrome metabólico
El consumo continuo de alimentos poco saludables puede conducir al aumento de peso y al desarrollo del síndrome metabólico. El síndrome metabólico es un conglomerado de factores de riesgo que aumentan sus posibilidades de desarrollar DMT2, así como enfermedades cardíacas y derrames cerebrales. Estos factores de riesgo incluyen: - Grasas anormales en la sangre, específicamente, triglicéridos altos y lipoproteínas de baja densidad, o colesterol "bueno". -- Alta presión sanguínea. - Alto nivel de azúcar en sangre en ayunas - Obesidad central, que significa una cintura grande debido al exceso de grasa en el abdomen.
A diferencia de la mayoría de los trastornos que llevan el nombre de "síndrome", el síndrome metabólico es prevenible y reversible. Lo mismo es generalmente cierto para la resistencia a la insulina. Incluso si su peso actual lo pone en riesgo o lo ha llevado al desarrollo de resistencia a la insulina o síndrome metabólico, hay cosas que puede hacer para mejorar tanto su salud como sus posibilidades de evitar consecuencias negativas.
Cambiando la marea
Ganar peso puede conducir al desarrollo de diabetes. Por el contrario, perder incluso una pequeña cantidad de peso puede tener un impacto positivo en el control del azúcar en la sangre. Perder incluso del 5 al 10 por ciento de su peso puede mejorar la capacidad de su cuerpo para controlar el azúcar en la sangre, según un estudio de julio de 2011 publicado en "Diabetes Care". Esta pérdida de peso puede provenir de la dieta, el ejercicio o una combinación de ambos. Sin embargo, adoptar un estilo de vida que incluya tanto alimentación saludable como ejercicio es óptimamente beneficioso para su bienestar general. Al comer una dieta baja en grasas saturadas y hacer ejercicio para desarrollar músculo y quemar las calorías excesivas consumidas y las grasas existentes, puede interrumpir el ciclo de aumento de peso, resistencia a la insulina y DMT2.